Fue un homenaje a los primeros activistas que, tal y como explicaba a 20 minutos el presidente honorífico de la Coordinadora, Jordi Petit, "ponen en marcha algo esencial, que es el orgullo de ser gay y lesbiana que conlleva la superación del odio a sí mismos".

Lo que queda por hacer

En tres décadas se ha pasado de una Ley de Peligrosidad Social , que obligaba a cumplir condena a los homosexuales en las cárceles de Huelva y Badajoz, a leyes que permiten cambiar la identidad a los transexuales sin pasar por quirófano o incluso tener el derecho de adopción.

"Pero todavía falta conseguir la igualdad social en el ámbito de la educación, en las residencias para la tercera edad", exponía Petit, y destacaba el elevado número de suicidios que todavía actualmente se registran entre los adolescentes que descubren su homosexualidad.

Según Petit, han aumentado las agresiones a los homosexuales, fenómeno que atribuye al hecho de que "ahora los gays y lesbianas no se esconden, muestran su afecto en la calle". Aún así, prevé que estos ataques se acabarán.