La autoocupación se postula como forma de salir de la crisis

  • Cruz Roja ha ayudado a casi 1.300 personas a crear y consolidar 177 negocios.
  • El plan de ocupación de la ONG cumple 15 años pero el 76% de los usuarios han llegado en los últimos siete.
  • Desde 2008, han contado con la colaboración de 7.056 empresas.
Dos usuarias del programa de reinserción laboral de jóvenes en situación de vulnerabilidad de Cruz Roja.
Dos usuarias del programa de reinserción laboral de jóvenes en situación de vulnerabilidad de Cruz Roja.
CRUZ ROJA
Dos usuarias del programa de reinserción laboral de jóvenes en situación de vulnerabilidad de Cruz Roja.

Cruz Roja puso en marcha hace quince años un programa de ocupación para ayudar a los usuarios a encontrar trabajo y, en algunos casos, a abrir su propio negocio. La mayoría eran entonces inmigrantes pero ahora el perfil ha cambiado y la demanda se ha disparado en los últimos años. Desde el año 2000, la ONG ha atendido a 1.271 personas en proyectos de emprendeduría y autoocupación en Barcelona, Sabadell y Tarragona, y ha ayudado a crear o consolidar un total de 177 negocios.

"Hay personas que buscan otro tipo de entrada al mercado laboral. Es arriesgado pero factible, sobretodo en personas con dificultades para reinserirse", apunta Sònia Giménez, coordinadora técnica del Programa de Ocupación de Cruz Roja. Sin embargo, "la gente que quiere montar un negocio no sabe de qué no parten de un buen punto de salida", advierte.

Otros, en cambio, tienen experiencia o llegan con ideas trabajadas pero sin formación y es entonces cuando la ONG puede ayudar. La mayoría de negocios son tiendas, bares y restaurantes o servicios a empresas en los que trabaja el emprendedor y, a menudo, su familia.

Aumento de la demanda

Estos proyectos de autoocupación se enmarcan en el plan de ocupación que, desde su creación en el año 2000, ha atendido a 39.781 personas, la gran mayoría, 30.255 (el 76%), desde 2008, cuando estalló la crisis económica. Uno de cada tres usuario, 12.902, ha aumentado sus posibilidades de encontrar un empleo mejorando su formación, y 8.776 han encontrado trabajo gracias al programa.

Se trata de itinerarios personalizados en los que, tras una valoración inicial, se orienta al usuario y se le ofrece la formación en función de sus potencialidades y necesidades, explica la coordinadora de Cruz Roja. También realizan acciones grupales que permiten ver a los usuarios que hay más gente en su misma situación y que puede superarse. Y es que el factor psicológico es clave. En este sentido, destaca la importancia de "seguir activos". "Es muy fácil y comprensible desmotivarse, pero es posible" superar la situación, agrega Giménez, quien anima a pedir ayuda a entidades como Creu Roja.

Entre los usuarios hay perfiles muy diversos pues mucha gente se ha visto afectada por la crisis, pero la mayoría se las personas que atiende Creu Roja son personas en situación de vulnerabilidad, como madres solteras, mayores de 45 años, jóvenes sin estudios o inmigrantes, que antes eran los principales usuarios. También ayudan a amas de casa que se han visto obligadas a buscar trabajo. "Necesitan apoyo emocional y creer que son capaces antes de empezar a buscar trabajo, e identificar las competencias que tienen, porque llevar una casa implica tener ciertas competencias de las que pueden no ser conscientes", remarca.

El programa de ocupación no sería posible sin los voluntarios de Cruz Roja que han trabajado en él, sólo en 2014 fueron 97, ni a las 7.056 empresas que han colaborado desde 2008. "Trabajamos con empresas para poder inserir a los usuarios, que hagan prácticas después de una formación, que participen en las actividades como charlas y cursos", explica Giménez.

Luz, emprendió con la ayuda de Creu Roja

Luz, una ecuatoriana afincada en Barcelona desde hace 15 años, trabajaba en geriatría y ahora tiene una tienda de ropa en la calle Còrsega, muy cerca de la Sagrada Familia. "Siempre tuve la inquietud de abrir un negocio propio por la inestabilidad laboral que encontraba", explica. Además, "iba todo el día arriba y abajo", explica Luz, pues atendía a varios ancianos "pero lo tenía que hacer para cuidar de mis hijos". Una de ellos, a la que cuidó durante más de cuatro años, le ofreció alquilarle el local que tenía cerrado. "Unas amigas me recomendaron ir a Cruz Roja y allí me enseñaron a llevar un negocio. Hace ya tres años que abrí y sigo haciendo algún curso", concluye satisfecha.

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