El fotógrafo y pintor Richard Prince presentó en la Feria de Arte Frieze de Nueva York la exposición Nuevos Retratos, una muestra que exhibía capturas de pantalla de fotografías publicadas por usuarios en Instagram, sin contar con el consentimiento de los verdaderos autores de esas imágenes.
Adueñándose de las instantáneas de usuarios anónimos de la red social, Prince consiguió vender casi todas las imágenes a un precio de 90.000 dólares (unos 82.600 euros) cada una. La venta de estas capturas de pantalla y su posterior alteración ha provocado, por consiguiente, un gran revuelo en las redes sociales, según informa el diario estadounidense The Washington Post.
"Los usuarios de Instagram son dueños de sus fotografías. Punto. Si alguien siente que sus derechos de autor han sido violados, pueden escribirnos y nosotros tomaremos las medidas oportunas", comentan al mismo diario fuentes de la red social.
Nuevos Retratos se exhibió por primera vez el pasado año en la Galería Gagosian de Nueva York, pero el pintor no procedió a lucrarse con la venta de las instántaneas hasta este mes de mayo, un acontecimiento que ha reabierto el debate sobre los derechos de autor en Internet. "Soy muy fan de la apropiación, pero si ganas dinero creo que es necesario compensar económicamente al artista original", comenta una usuaria en Twitter.
Brb gonna go screenshot some of your twitter profile pictures and sell them for 90k in an art gallery #RichardPrince
— Ralis (@ralisdaum) Mayo 27, 2015
I'm a big fan of appropriation, but if you make $$ I believe its necessary to financially compensate the original artists. #RichardPrince
— Alex Haniford (@Caliquarius) Mayo 27, 2015
Lejos de arrepentirse, Prince ha decidido responder a las críticas a través de su perfil oficial de Twitter. "¿Estoy preocupado por idiotas y estúpidos? En absoluto".
Am I bothered by idiots & morons? Naw. Reading the only copy of Ted Kaczynski's auto-biography. Just 1 copy. Now there's a crackpot.
— Richard Prince (@RichardPrince4) Mayo 23, 2015
Un fotógrafo reincidente
En el caso de Prince, el hecho de hacer capturas de pantalla a otras fotografías se remonta a los inicios de su carrera profesional, cuando comenzó a fotografiar revistas, anuncios y libros en la década de los 70; un trabajo que terminó llevándole a los tribunales.
En 2008, en concreto, el fotógrafo francés Patrick Cariou le denunció por copiar una sesión que realizó de la comunidad rastafari en Jamaica. A pesar de que al principio ganó Cariou, la corte terminó dando la razón a Prince al entender que no se trataba de plagio puesto que había "transformado" el trabajo inicial del francés.
Una foto publicada por Doe Deere (@doedeere) el17 de May de 2015 a la(s) 9:05 PDT
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios