Malasia conocía la existencia de los campos clandestinos de inmigrantes desde hace meses

  • El gobierno malayo se enfrenta a las críticas tras conocerse que eran conscientes, desde enero, de la existencia de campamentos de inmigrantes indocumentados.
  • Encontraron 28 campos clandestinos en los que vieron a personas enjauladas y con aspecto débil, posiblemente bangladeshíes y rohinyás.
  • Una operación policial efectuada entre el 11 y el 23 de mayo descubrió 139 tumbas, en algunas había restos de más de una persona.
La Policía malaya descubre 139 tumbas en las que descansan inmigrantes ilegales en la frontera con Tailandia.
La Policía malaya descubre 139 tumbas en las que descansan inmigrantes ilegales en la frontera con Tailandia.
EFE (Fazry Ismail)
La Policía malaya descubre 139 tumbas en las que descansan inmigrantes ilegales en la frontera con Tailandia.

Malasia conocía la existencia de campos clandestinos en su territorio desde enero y no los desmanteló hasta que estalló la crisis de inmigrantes ilegales en la región, según informa este miércoles la prensa local.

Personal de la Policía malasia declaró al diario The Star que la detención de un grupo de inmigrantes indocumentados a principios de año les guió hasta el campamento en el que habían sido retenidos en el estado de Perlis, en el norte del país.

Según la fuente, al llegar allí encontraron medio centenar de personas enjauladas y con aspecto débil y hambriento, posiblemente bangladeshíes y rohinyá, una minoría musulmana perseguida en partes de Bangladesh y Birmania (Myanmar).

La Policía anunció el lunes pasado el hallazgo de 28 campamentos con 139 tumbas en ese mismo territorio de Malasia, durante una operación efectuada entre el 11 y 23 de mayo.

La Policía malasia cruzará la frontera para acceder por el lado tailandés

Los equipos forenses comenzaron el día siguiente a exhumar los cadáveres enterrados en las sepulturas que, en algunos casos, contienen restos de más de una personas. El acceso no es siempre fácil a estos campamentos ubicados en una zona selvática en la frontera que comparten Malasia y Tailandia.

En este sentido, la Policía malasia ha solicitado permiso a Tailandia para cruzar la frontera y acceder por el lado tailandés a las tumbas localizadas en el lugar conocido como Wang Kelian.

"Estamos en la estación del monzón, la zona es intransitable en estos momentos" por el lado malasio, relató el director general de la Policía, Jalid Abu Bakar, de acuerdo al diario New Straits Times.

Organizaciones como Human Rights Watch han denunciado que las redes de tráfico de personas actúan en Bangladesh, Birmania, Malasia y Tailandia con la complicidad de funcionarios, gobernantes y fuerzas de seguridad locales.

"Birmania y Bangladesh tienen que dejar de perseguir a los rohinyás, mientras que Tailandia y Malasia tienen que cerrar con urgencia los campamentos donde se retiene y abusa de emigrantes y garantizar que no habrá más tumbas en sus territorios", dijo el director para Asia de Human Rights Watch, Brad Adams, en un comunicado.

Precisamente, la lucha contra las bandas y mafias de traficantes de personas desencadenó la crisis de inmigrantes ilegales en la región. A principios de mes, Tailandia descubrió un campo clandestino de inmigrantes en la jungla del sur del país y, el 6 de mayo, el primer ministro del país, Prayuth Chan-ocha, dio diez días a los cuerpos de seguridad para desmantelar toda la trama de tráfico de personas.

Desde entonces, unos 3.000 bengalíes y rohinyás han desembarcado en Indonesia y Malasia, países que un principio intentaron rechazar la ola de barcos y devolverlos a aguas internacionales y que ha acabado por aceptarlo temporalmente, siempre que la comunidad internacional se comprometa a reubicarlos en terceros países y repatriarlos en el plazo de un año.

2.621 inmigrantes continúan atrapados en el golfo de Bengala

Tailandia se resiste a acoger a estos inmigrantes, pero ha organizado en Bangkok para el viernes próximo una reunión sobre la trata de personas a la que asistirán 17 países y organizaciones internacionales para abordar la crisis de tráfico de personas.

"La crisis proseguirá a menos que Birmania cambie su política de discriminación y persecución sistemáticas de la población rohinyá en el estado de Rakáin", según Joshua Webb de Asia Programme en Chatham House.

Un total de 2.621 inmigrantes continúan atrapados en el golfo de Bengala y el mar de Andamán, según datos ofrecidos este miércoles en una conferencia en Manila por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización de las Naciones Unidas para las Migraciones (OIM).

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