Los franceses acuden hoy domingo a las urnas por tercera vez en menos de dos meses para elegir en la primera vuelta a los 577 diputados de la Asamblea Nacional.

Cinco semanas después de ser elegido Nicolas Sarkozy como Presidente de la República, estos comicios legislativos se plantean como una especie de plebiscito del nuevo presidente.

Unos 44,5 millones de franceses están llamados a las urnas. La segunda vuelta se celebrará el 17 de junio y a ella accederán los candidatos que superen el 12,5% de los votos en la primera ronda.

Todas las encuestas vaticinan un amplio triunfo del partido de Sarkozy y nadie duda de que su partido Unión por un Movimiento Popular (UMP) se hará con una victoria aplastante.

Pesimismo en los rivales

El sondeo de TNS-Sofres del viernes concedía a los candidatos de la UMP y sus aliados un 41,5% de intención de voto, dejando a su rival, el partido socialista con un 29,5% y un 10% para el Movimiento Demócrata (MoDem) del centrista François Bayrou.

El líder del Partido Socialista francés, François Hollande, ha llegado a cifrar en el 30% el porcentaje de voto que consideraría bueno en estos comicios, en los que se hace patente la división del partido, algunos de cuyos dirigentes, como Ségolène Royal, ya piensan en cómo reconstruirlo.

Transformadas en escaños, las distancias tomaban dimensiones gigantescas: entre 390 y 420 para los conservadores; entre 110 y 154 para los socialistas.

Reformas

El favorito citaba esta semana en Le Monde la siguiente sentencia: "Royal y Bayrou tendrán problemas para recuperar el aliento. Tengo un proyecto y quiero ocupar el espacio. Es la regla".

Sarkozy y sus colaboradores han insistido en la necesidad de obtener una mayoría en la Asamblea para poder aplicar su programa de reformas.