El Plan Rabassa sigue adelante, con sus 15.000 viviendas para Alicante. Igual que las 46.000 y dos campos de golf de El Campello, las 1.500 de la oriolana cala de la Mosca, o las 9.800 de Torrevieja, donde además se investiga si el alcalde (PP) dio un pelotazo de cinco millones de euros con unos terrenos.

El alcalde de Tormos (Vicente Javier Ripoll, PP), escogido por sorteo con una moneda de 20 céntimos tras el empate con el PSOE, opina que el nuevo Plan General, con un millón de metros cuadrados (quintuplicará su población de 300 habitantes) «es viable» y que los votos y la suerte les respaldan.

El primer edil de Tibi, Jesús Ferrara (PSOE), mantendrá el Plan Parcial El Aljibe (urbanización de un millón de metros al pie del Maigmó con 1.300 bungalós). «Si los técnicos lo ven sostenible, se hará; la previsión es la reordenación del territorio», anuncia.

En municipios que han cambiado de signo político, no pasa igual. En Aspe, tras la victoria de Nieves Martínez (PP), «no se llevará a cabo el PAI de Tatiana World», anticipa la futura alcaldesa. El proyecto, aprobado por la anterior corporación con 5.400 viviendas en 3,5 millones de metros cuadrados, «no contempla un desarrollo sostenible para Aspe».

En Xixona, la llegada del PSOE (Ferrán Verdú) a la Alcaldía impedirá la puesta en marcha de todos los PAI aprobados antes por el PP, sobre todo el del Espartal (5.000 viviendas y un campo de golf) «porque no son sostenibles, sobre todo en recursos naturales como el agua y también por usar suelo industrial».

Pendientes en La Vila

Y en La Vila, donde previsiblemente perderá el poder el PP, la primera reunión para la formación del próximo gobierno municipal acabó con un acuerdo de los otros cuatro partidos (PSOE, Bloc-NV, II y EU-EV-IR) retirar el Plan General del PP (prevé la construcción de 25.000 viviendas y tres campos de golf).

En la provincia de Valencia, Catarroja, Manises, Cullera y Riba-roja han dado el visto bueno en las urnas a polémicos planes urbanísticos.

Con 89 escaños, el PP ganaba uno

Si Les Corts hubiesen mantenido los 89 diputados de la recién acabada legislatura en lugar de aumentarlos a 99, la victoria del PP no habría sido tan abrumadora, al menos en escaños. Con 99, el PP pasó de 48 a 54 diputados (6 más); el PSOE, de 35 a 38 (3 más), y Compromís ganó uno, de 6 a 7. Extrapolando el número de votos a una cámara con 89 escaños y según la Ley d’Hont, el resultado habría sido de 49 para el PP, 33 para el PSOE y 7 para Compromís. Es decir, que el PP ganaría sólo un diputado (dos más por Valencia y uno menos por Castellón), el PSOE perdería dos (ambos en Valencia) y Compromís ganaría uno, por Castellón.

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