"Chavales del barrio se pasean en quads por las noches, sin cascos y a gran velocidad", explica Luis Gómez, presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo. "Hasta el cura se ha ido a vivir a otra zona, hace tres meses, porque no podía aguantar", añade.

Eso sí, los vecinos reconocen que ha aumentado la vigilancia policial del barrio, que es un punto habitual de venta de droga. De hecho, desde enero del año pasado, un par de agentes controlan las entradas y salidas de la iglesia los sábados y los domigos porque los chavales lanzaban piedras a los fieles.

Hasta hay culebras

El barrio se degrada por momentos. "Los jardines están destrozados y, la semana pasad, hasta una culebra le mordió a un vecino", cuenta Luis Gómez.

Pero, además, en el complejo de 200 viviendas sociales, construidas en los años ciencuenta, unas 40 familias sobreviven como pueden en casas que están llenas de grietas y con humedad. «Algunas se han derribado y se han quedado como solares para jugar al fútbol», cuenta Fuensanta Ruiz, vecina del barrio.

"Quieren hacer como en La Paz"

El suelo del Espíritu Santo es de titularidad municipal y, aun así, nada se sabe de las intenciones del Ayuntamiento de Murcia. Los terrenos están pegados al parque temático de Terra Natura, que acaba de inaugurarse, y cerca del futuro centro comercial El Tiro. "Sospechamos que quieren pegar un pelotazo urbanístico, como en el barrio de La Paz. Están degradando al Espíritu Santo, sin hacer ninguna mejora, para justificar que venga un promotor y gane un montón de dinero", denuncia Luis Gómez, presidente de la Asociación de Vecinos de Espinardo.