Los estudiantes extranjeros prefieren Valencia a Barcelona para esquivar el catalán. «Podía haber ido a Barcelona, pero yo quería aprender español y me frenó el que allí la gente hable en catalán».

Éste es el testimonio de Ohannes, uno de los 1.727 alumnos erasmus que ha recibido este curso la Universitat (la tercera de Europa que más). Estudia Económicas, pero éste no es el único motivo que le impulsó a venir: «El sol y la playa han sido otros factores determinantes».

Ohannes tiene 25 años y es de Viena. Vive en un piso con otros dos jóvenes de Valencia: «Ellos trabajan, pero nos compenetramos bien. Salimos juntos de fiesta».

De la ciudad le llama la atención «el contraste entre el casco histórico y la zona moderna y el puerto». Por su parte, Elisa, que cursa Educación Social, llegó de un pueblo cercano a Venecia. Tiene 20 años y eligió Valencia porque «está junto al mar» y es la ciudad de España que prefiere. El carácter de la gente y la forma de vivir es lo que más le atrae. En cuanto a la ciudad, se queda «con los jardines del río y el centro». A ambos les encanta ir de marcha al Carmen.

Ayer conmemoraron el 20 aniversario del programa de intercambio Erasmus.