Un estudio español descarta que comer habitualmente yogur suponga una mejora de la salud

  • Un estudio liderado por la Autónoma de Madrid no halla asociación entre el yogur y la mejora de los parámetros físicos y mentales de la salud.
  • No hay mejora del componente físico de la calidad de vida y la pequeña mejora en el componente mental no es estadísticamente significativa.  
  • Tampoco en individuos sin enfermedades, con dieta sana y que no fuman.

Quien más quien menos, todos pensamos que el yogur es sano; que mejora nuestra salud; que es la forma más sana de tomar productos lácteos. Eso nos han dicho muchas recomendaciones dietéticas y eso repite la publicidad insistente de más de una marca de yogures. Pero resulta que no que el consumo habitual de yogur no mejora la salud.

Tras analizar la relación entre la ingesta regular de yogur y la calidad de vida relacionada con la salud, un estudio liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid en más de 4.000 personas sostiene que el consumo de yogur no se asocia con la mejora de los parámetros físicos y mentales analizados, la mejora física y mental de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS).

La investigación analizó la relación entre el consumo de yogur y el cambio en la puntuación obtenida en el test en un periodo de 3,5 años en una muestra de 4.445 personas de la población española mayor de 18 años. “El consumo habitual de yogur no se asoció con la mejora de la calidad de vida relacionada con la salud”, explica a Sinc Esther López-García, primera autora de la investigación. “Para investigaciones futuras se deben utilizar instrumentos más específicos que puedan aumentar la probabilidad de encontrar un beneficio potencial de este alimento”.

Los resultados, publicados en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, fueron también nulos cuando se estudió esta asociación en individuos sin enfermedades diagnosticadas, que nunca habían fumado y que seguían más la dieta mediterránea, es decir sin factores de riesgo que pudieran enmascarar la relación estudiada. “En comparación con las personas que no comían yogur, quienes lo consumieron de forma habitual no tuvieron una mejora significativa en su puntuación en el componente físico de la calidad de vida, y aunque se apreció una pequeña mejora en el componente mental, no fue estadísticamente significativa”, añade López-García.

En la actualidad, las declaraciones de propiedades saludables en los alimentos deben evaluarse científicamente de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (n. 1924/2006). Además, el departamento de Agricultura de EE UU revisa dichas declaraciones propuestas por la industria alimentaria, para permitir o rechazar el uso de esas afirmaciones con fines comerciales. Este trabajo añade nueva información para evaluar las declaraciones de la industria láctea.

Las principales directrices dietéticas en España y otros países apoyan el consumo de productos lácteos como parte de una dieta saludable. “Esto es así porque la mayoría de los estudios se han centrado en el efecto en conjunto, pero sería interesante evaluar la asociación independiente entre cada tipo de producto y los indicadores globales de salud”, apunta la investigadora.

Hasta el momento, varias investigaciones sugerían que el consumo de yogur podría influir, directa o indirectamente, en la mejora física y mental de la calidad de vida relacionada con la salud. Uno de los motivos podría ser su riqueza en calcio, que protege los huesos, por lo que podría ser bueno para combatir las enfermedades osteomusculares, uno de los trastornos de mayor impacto negativo sobre la calidad de vida. Además, de forma más específica su ingesta se ha asociado con un menor aumento de peso, una presión arterial más baja y menor tasa de enfermedades cardiovasculares.

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