El calentamiento global podría estar detrás de la aparición de nidos de tortuga boba en las costas españolas, un hecho que no se producía desde el siglo XIX y que pone de manifiesto la capacidad de colonización y flexibilidad de estos reptiles para encontrar ambientes más óptimos para su cría.

En 2001 se encontraron puestas de estas tortugas bobas (Caretta caretta) en Almería, en 2006 en Valencia y en Barcelona, mientras que el verano pasado se localizaron dos puestas más, una en San Juan (Alicante) y la otra en la playa de L'Arrabassada (Tarragona), ha explicado a EFEverde, José Carlos Báez, Doctor en Biología por la Universidad de Málaga.

Existe documentación de puestas en playas del Mar Menor (Murcia) a finales del siglo XIX y en el siglo XX, durante la década de los 90, apenas hay testimonios científicos contrastados, sólo restos de huevos encontrados en el Delta del Ebro (Tarragona).

La llegada de tortugas bobas a nuestras playas, el 80 por ciento proviene de las costas de Florida (EEUU) y el resto de Cabo Verde, Grecia y Turquía, ha despertado los últimos años el interés de los especialistas en estos grandes miradores marinos, que buscan hipótesis para explicar las puestas en las costas españolas.

Báez ha explicado que entre las posibilidades que se barajan destacan el cambio en sus costumbres migratoria, la existencia desconocida de poblaciones en otras zonas costera o el calentamiento global, a su juicio, la más "plausible".

Las tortugas, especie en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), regresan todos los años a las mismas playas para depositar sus huevos, fenómeno denominado filopatría, y todo apunta a que se está produciendo un "cambio en este fenómeno que modifica su comportamiento reproductor".

Estos reptiles, cuya distribución abarca principalmente áreas del trópico, perciben un incremento de la temperatura ambiental en sus hábitats naturales lo que las empuja a migrar a otras zonas para adelantarse mejor a las consecuencias de ese calentamiento.

"Buscan nuevas áreas de nidificación en un ambiente más óptimo que favorezca la conservación de la especie", ha matizado el biólogo.

A este respecto, Báez, miembro del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y de la UICN Marine Turtle, ha señalado que el corredor existente entre Gibraltar y las Islas Baleares, bañado por las aguas del Estrecho, favorecen la puesta.

Otro factor determinante que afecta a la reproducción es la temperatura ambiental de la arena donde anidan las tortugas: cuando la arena está más caliente aumenta la proporción de crías hembra y si es más fría la de crías machos.

"Si la proporción entre ambos sexos se perdiera, las poblaciones podrían disminuir drásticamente debido a la escasez de uno de los sexos".

Asimismo se han barajado otras hipótesis para explicar la presencia de las tortugas bobas en España que apuntan a la posible existencia de poblaciones reproductoras desconocidas en el norte de África.

Esta hipótesis fue puesta en duda ya que las costas del norte de África se han urbanizado mucho las últimas décadas, por lo que "esa hipotética playa de puesta tendría que haberse localizado ya".

El biólogo ha detallado la dificultad de las tortugas marinas para encontrar playas que se adapten a las condiciones necesarias para anidar y en este aspecto, el aumento de la urbanización en zonas de costa, debido al auge del turismo playero, complica aún más las cosas.

 Es necesario un "turismo sostenible" que concentre a los veraneantes en puntos concretos para no hacer un uso extensivo de la costa española y así facilitar que las especies protegidas disfruten de su propio espacio sin perturbaciones que dificulten su supervivencia.