El 30 de marzo de 1981, Ronald Reagan sufrió un atentado en Washington DC en el que resultó herido de bala, pese a lo que pudo salvar su vida. El autor de los disparos fue John Hinckley Jr, por aquel entonces un joven de 25 años cuya motivación distaba de ser política, ideológica o religiosa: lo hizo para impresionar a la actriz Jodie Foster, de la que estaba enfermizamente enamorado. Ahora, 34 años después, puede quedar en libertad, revela la prensa estadounidense.

Hinckley fue considerado no culpable por razones de salud mental, pero fue internado en un psiquiátrico. En 1987 pidió al juez que le permitieran salidas periódicas, pero se le encontró material relacionado con Jodie Foster en su habitación y fue denegada su petición. En 1999 se le permitió hacer salidas supervisadas para ver a sus padres. Al año siguiente, las visitas dejaron de ser supervisadas, pero de nuevo se comprobó que seguía acumulando cosas sobre la actriz en la clínica.

En 2005 se le volvieron a dar permisos y en 2009 se aprobó que podía visitar a su madre doce veces al año, durante diez días cada vez. Un informe de 2011 reveló que Hickley ya no suponía un peligro para la sociedad ni para sí mismo y desde 2013, dispone de visitas mensuales de 17 días a su casa familiar, en Virginia, en la que aún vive su madre, de 89 años de edad.

Este miércoles se celebrará una vista en la que el tema a tratar es si John Hinckley puede pasar más tiempo fuera de la clínica psiquiátrica o incluso si puede ser ya un ciudadano totalmente libre. Un juez tendrá que escuchar a especialistas en salud mental para determinar si Hinckley puede ser reinsertado en la sociedad.