La pesca lo dejó ciego total y la pesca sigue siendo, hoy por hoy, una de sus mayores aficiones. Pedro Gutiérrez participa en la III Liga de Pesca para Ciegos que se celebra este fin de semana en la playa de Valdelagrana, en El Puerto de Santa María (Cádiz).

Organizada por la Federación Andaluza de Deportes para Ciegos (FADEC) esta cita deportiva, ha reunido a una treintena de deportistas, algunos deficientes visuales, que participan sin ayuda excepto cuando la captura es peligrosa, y ciegos totales, que cuentan con un guía para poner el cebo en el anzuelo y para retirar las capturas.

"Creo que el ciego capta incluso mejor la picada del pescado", afirma Pedro que cree que el inconveniente puede estar en "no saber lo que tienes" y enfrentarse a especies cuya manipulación puede ser peligrosa como morenas o zafíos, aunque con el tiempo, afirma, "por la forma de picar, un ciego ya puede saber lo que ha pescado".

Pedro se quedó ciego completamente a los 13 años al explotarle en la cara uno de los artefactos que se utilizaban entonces para dejar al pescado aturdido y capturarlo con mayor facilidad.

Eso no le ha impedido continuar con este hobby y dedicarse a otras muchas actividades como fútbol sala, dominó, ajedrez, tenis de mesa, teatro y formar una familia, en su Algeciras natal, en la que nacieron tres hijos. Incluso se atrevió a crear un cuarteto carnavalesco y presentarse en el concurso del Gran Teatro Falla parodiando una persona con su misma discapacidad.

"Yo animo a todo el mundo a que haga de todo. El ciego no puede quedarse encerrado en un rincón pensando las cosas que no puede hacer", afirma.

El hijo de Pedro, Raúl Gutiérrez, es el coordinador deportivo de la ONCE en Cádiz, quien además de este concurso organiza otro de pesca en embarcación que se celebrará el próximo 11 de julio.

Como en la cita de pesca en la playa, los trofeos se reparten entre los que pescan la mayor cantidad de kilogramos de pescado y el que obtiene la pieza mayor, que se convierte en el auténtico héroe de la jornada. "Suelen pescar doradas, robalos y bailas que después llevan a sus familiares", asegura Raúl Gutiérrez.

"Hay algunos que no hace falta ayudarles a poner el anzuelo. Realmente sorprende ver a esas personas, ciegos totales, que tratan sus aparejos con tanto cuidado, verlos en acción. Nos sentimos muy orgullosos de haber contribuido a crear afición", añade.