"Circular por el carril bici de Camino de Ronda es un peligro por sus dimensiones y los obstáculos que encuentras", afirma Jordi Tatay, miembro de la asociación Biciescuela.

Este colectivo junto con Camina Granada, Ecologistas en Acción y La Ciudad Accesible han elaborado un documento que recoge una serie de actuaciones para fomentar el uso de la bicicleta y el transporte público en Granada y su entorno.

La intención "es lograr una ciudad inclusiva, donde todos tengamos cabida", explica Tatay. Para ello, estas asociaciones abogan por eliminar los carriles bici en buena parte de la ciudad y convertir las vías de la capital en ciclocalles con un límite máximo de velocidad de 30 km por hora.

"Incluso en algunas calles internas de los barrios de entre 20 y 10 km/h", agrega Jordi Tatay.

La idea, en general, es bien recibida en el Ayuntamiento de Granada, que ya ha descartado "la instalación de carriles bici en el centro histórico por la estrechez de sus calles", explica Telesfora Ruiz, concejal de Movilidad.

El mapa del Plan Andaluz de la Bicicleta, que se estaba dibujando en Granada, "ha quedado paralizado con la salida de IU del Gobierno andaluz, pero desde el Ayuntamiento tenemos claro que es una prioridad y vamos a apostar por ciclocalles en el casco histórico con reducción de velocidad y señalización especial, pero no por carriles sobre aceras", matiza la edil.

Gran Vía, sin carril bus, asegura Jordi Tatay "es la arteria más usada por los ciclistas y donde se ha ganado con la reducción del tráfico".

Los colectivos firmantes del documento de movilidad, entregado a los partidos políticos, piden recuperar los carriles de tierra del cinturón, instalar arcenes y realizar cursos de formación para que la gente aprenda a circular en bici.