Las condenas a pena de muerte aumentan un 28% en el mundo, denuncia Amnistía Internacional

La cámara de ejecución de la Prisión Estatal de San Quentin, California, Estados Unidos.
La cámara de ejecución de la Prisión Estatal de San Quentin, California, Estados Unidos.
California Department of Corrections and Rehabilitation / Wikipedia
La cámara de ejecución de la Prisión Estatal de San Quentin, California, Estados Unidos.

Bajan las ejecuciones, pero suben las condenas a morir. El estudio anual de Amnistía Internacional sobre la pena capital en el mundo alerta de que hay al menos 19.094 personas en corredores de la muerte esperando un castigo vigente todavía en 55 países.

Los analistas de Amnistía Internacional registraron el año pasado un total de 2.466 condenas a muerte en 55 países, lo que supone un aumento del 28% respecto al año anterior (cuando hubo al menos 1.925 condenas en 57 países). Este incremento se debe principalmente a la situación de Egipto, que escaló de 109 condenas a 509, así como de Nigeria, donde pasaron de 141 a 659.

A diferencia de las condenas, el número de ejecuciones sí descendió el año pasado. El informe, que Amnistía ha hecho público este miércoles 1 de abril, constata que 607 personas fueron ejecutadas el año pasado. La cifra refleja una reducción de casi el 22% respecto a la de 2013, cuando Amnistía registró al menos 778 ejecuciones en 22 países del mundo.

La mayoría de las ejecuciones en 2014 tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y EE UU, por ese orden. China ejecutó a más personas que el resto de los países del mundo todos juntos, "aunque se desconoce la verdadera magnitud del uso de la pena de muerte en el país, pues los datos al respecto se consideran secreto de Estado", según explica Carlos de las Heras, responsable de la campaña contra la pena de muerte de Amnistía Internacional. Así, en la cifra de 607 ejecuciones anuales a nivel mundial no están incluidas las chinas, que podrían superar el millar.

Amnistía, que no siempre tiene acceso a fuentes oficiales, obtiene sus datos para este informe de asociaciones civiles y de las familias de los reos. La ONG tampoco ha podido confirmar el número real de ejecuciones en Corea del Norte. Fuentes fiables aportaron el dato de 50 ejecuciones, pero Amnistía considera que el dato pudo ser mayor. Además de China y Corea del Norte, Bielorrusia y Vietnam también ocultan los datos de la pena de muerte por considerarlo información clasificada. Este año, Amnistía ha tenido dificultades para obtener información también en Eritrea, Malasia y Siria.

De los países con más pena de muerte, Amnistía destaca que de China falta información, de Irán siempre hay polémica por la existencia de ejecuciones oficiales y otras no reconocidas. El que más ha subido en el uso de este castigo es Arabia Saudí, pasando de unas setenta ejecuciones a noventa. En Irak preocupa la acumulación de un millar de presos en el corredor de la muerte. "En EE UU, donde han bajado ligeramente las ejecuciones, de 38 a 35, cada vez son menos estados los que utilizan la pena capital pero los que sí lo hacen, como es el caso de Texas, ejecutan más", explica de las Heras.

Entre los métodos de ejecución que se utilizan en el mundo destacan los siguientes: decapitación, ahorcamiento, inyección letal y arma de fuego.

Un dato que se mantuvo constante el año pasado es el del número de países que mantienen en vigor las ejecuciones, 22 países. Amnistía se muestra preocupada porque países como Pakistán o Indonesia hayan recuperado la pena de muerte después de varios años de moratoria. Aun así, la cifra se ha reducido casi a la mitad respecto a hace veinte años. En 1995 eran 41 países los que llevaban a cabo ejecuciones.

Según cálculos de la organización pro derechos humanos, al terminar el año había seguía habiendo al menos 19.094 personas condenadas a muerte en el mundo.

Amnistía denuncia que en muchos países los procedimientos judiciales no cumplen las normas internacionales sobre juicios justos. En algunos casos "tal incumplimiento supuso la obtención de confesiones mediante tortura o malos tratos", como por ejemplo en Afganistán, Arabia Saudí, Bahréin, China, Corea del Norte o Irak e Irán.

Un año más se continúa condenando a muerte y ejecutando a personas por actos que no cumplen el criterio de "los más graves delitos" (es decir homicidio intencional) que establecen las normas internacionales. Amnistía denuncia que entre los delitos con la máxima pena estén los referidos a las drogas (10 países de Asia), el adulterio (Emiratos), la blasfemia (Pakistán), delitos económicos (China, Corea del Norte, Vietnam) y la brujería (Arabia Saudí).

Como dato positivo, Amnistía resalta que en diciembre de 2014, 117 países (más que nunca) votaron a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU sobre una moratoria del uso de la pena de muerte.

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