Vall d'Hebron realiza su segundo trasplante de cara a un paciente con una grave deformación

  • Hacía 20 años que padecía una deformación progresiva de los tejidos faciales.
  • Sufría problemas de visión y habla y sangrados que ponían en riesgo su vida.
  • En la intervención, que duró 27 horas, intervinieron 45 profesionales.
El doctor Joan Pere Barret (d), jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario de la Vall d'Hebron de Barcelona, quien junto a un equipo multidisciplinario de 45 profesionales del centro realizó un trasplante de cara, el segundo de su historia.
El doctor Joan Pere Barret (d), jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario de la Vall d'Hebron de Barcelona, quien junto a un equipo multidisciplinario de 45 profesionales del centro realizó un trasplante de cara, el segundo de su historia.
Marta Pérez / EFE
El doctor Joan Pere Barret (d), jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario de la Vall d'Hebron de Barcelona, quien junto a un equipo multidisciplinario de 45 profesionales del centro realizó un trasplante de cara, el segundo de su historia.

El Hospital Universitario Vall de Hebron de Barcelona ha realizado con éxito su segundo trasplante de cara a un paciente afectado desde hacía 20 años por una deformación progresiva de los tejidos faciales y que le comportaba graves problemas de visión, habla y sangrados, "algo que ponía en riesgo su vida".

Un equipo multidisciplinar de 45 profesionales llevó a cabo la intervención, que ha sido presentada este lunes en rueda de prensa por el gerente, Vicenç Martinez; la coordinadora de trasplantes, Teresa Pont, y el jefe del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados, Joan Pere Barret, quien ha calificado el resultado de "muy bueno, excelente". "El paciente se reconoce y se está recuperando muy bien, se encuentra en casa y ya puede hablar y deglutir, aunque todavía le queda una larga recuperación", ha agregado.

La operación duró 27 horas —solo la extracción del donante duró cuatro horas— y al paciente se le extirpó la malformación masiva arteriovenosa, "la parte más peligrosa de la intervención", según Barret, y se le trasplantaron los dos tercios inferiores de la cara, el cuello, la boca, la lengua y la faringe, un trabajo que ha consolidado el centro como uno de los referentes mundiales pues es la primera vez en el mundo que se realiza un trasplante de esta complejidad. De hecho, en España se han hecho sólo otros tres trasplantes y en todo el mundo, 34 más, y sólo hay siete hospitales acreditados para su realización en España, Francia, Turquía, Polonia y Estados Unidos.

El paciente, de 45 años y nacionalidad española, había sido valorado en diferentes hospitales internacionales como la Clínica Mayo o Harvard pero le consideraron inoperable por la peligrosidad que entrañaba. Dada la evolución de su enfermedad, el Equipo de Trasplante de Cara de Vall d'Hebron consideró que la única opción de tratamiento era extirparle el tumor y los tejidos deformados, y reconstruirle el rostro con un trasplante de cara.

La operación era "extremadamente peligrosa y con un gran riesgo de muerte", pues el agresivo tumor había conquistado buena parte de las arterias de la cara y el cuello, algo que provocaba abundantes sangrados, ha explicado Barret. Pero "aquí contamos con un gran equipo y decidimos empezar a buscar activamente un donante para él", ha agregado.

Durante dos años, ha esperado un donante y se ha sometido a varias intervenciones previas, denominadas embolizaciones, para intentar paliar las graves hemorragias que padecía y mantenerlo estable. Pont ha reconocido que ha sido "difícil" encontrar un donante debido a las características necesarias para el trasplante y que finalmente la donación llegó por parte de una familia que tuvo en cuenta los deseos del donante, que siempre fue una persona "generosa e incondicional, que lo dio todo a los demás hasta el final". La familia autorizó la donación de los tejidos, en "un acto de generosidad extrema", ha afirmado la doctora.

Tras la intervención, realizada en febrero, la evolución del paciente ha sido "totalmente satisfactoria", similar a la de cualquier paciente trasplantado. Durante las semanas posteriores, empezó a hacer rehabilitación con un logopeda para poder volver a hablar con la máxima normalidad posible, aunque ya se expresa "bien", ha dicho Barret. Asimismo, se le empezó a ajustar progresivamente la toma de inmunosupresores. En este sentido, ha destacado que "no hay que temer un rechazo grave", teniendo en cuenta que la cara no es un órgano vital y en caso de alguna reacción, como hinchazón o rojez, se puede controlar sin peligro para la vida del paciente.

Buena parte del hospital ha participado en este caso, desde Cirugía Plástica, Anestesia, Trasplante Hepático, Neurorradiología intervencionista o Cuidados Intensivos, durante la operación, a personal de enfermería y auxiliares de la Unidad de Quemados, el Servicio de Rehabilitación, el de Nutrición y Dietética o Psiquiatría. De hecho, se trata del mismo equipo que realizó el primer trasplante de cara efectuado en el centro.

El primer trasplante, en 2010

El primer trasplante de cara realizado en Vall d'Hebron, el primero total que se realizó en el mundo, se hizo en abril de 2010 a Óscar, un hombre joven que ahora hace vida normal pero que presentaba una deformidad grave en la cara causada por un traumatismo. A causa de la deformidad, sufría graves problemas funcionales, como dificultades para respirar, hablar y deglutir, y debía respirar y alimentarse artificialmente.

El traumatismo le dejó sin nariz, fosas nasales, y le deformó los maxilares superior e inferior, los pómulos, la zona nasoetmoidal, los labios, la boca y las partes blandas de la cara. Por eso, le trasplantaron toda la piel y músculos de la cara, la nariz, los labios, el maxilar superior, todos los dientes, el paladar, los huesos de los pómulos y la mandíbula mediante técnicas de cirugía plástica y microcirugía vasculonerviosa.

Actualmente, Vall d'Hebron tiene a otra persona con una grave enfermedad candidata para realizar un nuevo trasplante de cara, a la espera de un donante, han precisado ambos especialistas. Están buscando de forma activa un donante de cara, aunque es un proceso "complejo" porque se requiere el mismo grupo sanguíneo y unas características morfológicas específicas que permitan un correcto acoplamiento.

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