La sorpresa del 'arte inesperado'

  • Aumentan y se extienden por el mundo las creaciones artísticas pensadas para jugar con la idea de lo impresvisto y siempre vinculadas con el emplazamiento.
  • Una luna flotando sobre el agua, nubes sobre un aeropuerto, una bola de cristal de discoteca en medio de una plaza urbana, una iglesia pintarrajeada...
  • Recopilan las obras de 50 artistas que provocan el asombro instantáneo.
El coreano Myoung Ho Lee aporta una cualidad 'cinematográfica' a los árboles colocando tras ellos una gran pantalla blanca
El coreano Myoung Ho Lee aporta una cualidad 'cinematográfica' a los árboles colocando tras ellos una gran pantalla blanca
© Myoung Ho Lee, Courtesy Yossi Milo Gallery, New York
El coreano Myoung Ho Lee aporta una cualidad 'cinematográfica' a los árboles colocando tras ellos una gran pantalla blanca

Una luna luminosa que descansa sobre el agua y las rocas de una isla volcánica de Nueva Zelanda, una iglesia abandonada convertida en lienzo policromado, una discotequera bola de un millar de espejos y 7,5 metros de diámetro colgada del brazo de una grúa y flotando en los alredores de la Torre Eiffel... El asunto es crear obras de arte según dos impulsos: trabajar con el emplazamiento específico en mente y buscar la sorpresa de lo imprevisto.

Bajo un título tan largo como descriptivo, el libro Unexpeted Art: Serendipitous Installations, Site-Specific Works, and Surprising Interventions (Arte inesperado: instalaciones basadas en la 'serendipia', obras para lugares específicos e intervenciones sorprendentes) presenta la primera antología de la creación urbana basada en el impacto, el pasmo y el deslumbramiento.

'Arte in situ'

Aunque se trata de arte urbano de muy diverso rango, este tipo de creaciones cada vez más comunes suelen entrar en la categoría del site especific art (algo así como arte in situ), una escuela que nació en los años setenta del siglo pasado y se ha desplegado en las dos últimas décadas. Se suele entender que se trata de toda aquella obra o instalación pensada para un lugar concreto y no otro. Es una escuela de fronteras aún difusas en la que cabrían desde determinado tipo de arquitectura hasta performances.

El tomo que edita ahora Chronicle Books[176 página y un PVP de 27,5 euros], está coordinado y escrito por el diseñador Jenny Moussa Spring, el artista holandés Florentijn Hofman —autor de los gigantescos patitos de goma que pone a flotar mundo adelante— y la curator independiente Christian L. Frock. Se trata de la primera antología de "asombrosas obras de arte in situ, esculturas extraordinarias e intervenciones innovadoras en espacios públicos que revelan lo que sucede cuando los artistas contemporáneos juegan con la idea de lugar", dicen desde la empresa editora.

Un grifo del que brota fuego

Entre los artistas que aparecen en el tomo están el canadiense Michel de Broin, un especialista en jugar con el absurdo y añadir delirio a los espacios urbanos —una figura humana empujando una farola hasta inclinarla, un lavabo de cuya grifería brota fuego...— ; el colectivo FriendsWithYou, que instala grandes figuras inflables con apariencia de juguetes, y Christopher M. Lavery, un creador conceptual postmoderno estadounidense que se queja de la "deshumanización" del arte contemporáneo y ha colocado unas nubes artificiales construidas con leds de colores cambiantes alimentados por paneles solares en el aeropuerto de Denver.

También se incluyen obras del coreano Myoung Ho Lee, que resalta y aísla elementos de la naturaleza, sobre todo árboles, colocando tras ellos grandes pantallas blancas; la italiana Rub Kandy, experta en la deconstrucción de elementos urbanos para que de ellos brote un nuevo significado; la estadounidense SWOON, una de las artistas urbanas más insistentes en la investigación de la técnica del engrudo, y el ruso Leonid Tishkov, un "poeta de la luz" que trabaja con cualquier tipo de elemento luminiscente para colocar obras imprevistas en exteriores.

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