Howard Riddle, el juez del proceso de extradición de Antonio Troitiño, decidirá el 14 de abril si autoriza o no la entrega del etarra convicto a España, que le reclama por supuesta pertenencia a ETA y posesión de documentos falsos.

Al término de una vista celebrada este lunes en la Corte de Magistrados de Westminster, en Londres, el juez fijó la fecha después de que la fiscalía y la defensa presentasen los alegatos finales.

Este es el tercer juicio de extradición a Troitiño en el Reino Unido, después de que el procesado, que cumplió una condena de 24 años en España por atentados cometidos en la década de los 80, fuera detenido por tercera vez en Londres el pasado diciembre.

En la audiencia judicial de este lunes, la defensa cuestionó la validez de los cargos contra Troitiño que le imputa España, pero la fiscalía sostiene que el etarra convicto acudió a la organización de refugiados de ETA para obtener documentación no válida.

Sin embargo, el abogado de la defensa, Mark Summers, consideró que no es válido el cargo de pertenencia a ETA pues la organización de refugiados no figura en una lista de grupos terroristas.

Troitiño, detenido en Londres por tercera vez el 11 de diciembre y actualmente en libertad condicional, es reclamado por España por presunta pertenencia a ETA y posesión de documentos falsos, los mismos cargos que en su segundo juicio.

Ese segundo proceso se resolvió el pasado mes de octubre a su favor después de que el mismo tribunal dictaminara que había un error en la orden de detención emitida por la Audiencia Nacional española, defecto que ahora se ha subsanado posibilitando el tercer juicio.

Previamente, tuvo lugar un primer juicio que quedó interrumpido en 2013 después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos invalidara la llamada 'doctrina Parot', que España le quería aplicar de forma retroactiva para fijar su excarcelación en 2017.

Troitiño, de 57 años y que está en libertad condicional en Londres, salió de la cárcel el 13 de abril de 2011 en España tras permanecer 24 años en prisión, y, cuando la Audiencia Nacional quiso volver a detenerle para aplicarle la doctrina Parot, ya había huido con documentos falsos al Reino Unido.