Por si el vídeo con los múltiples hematomas que Elena P. tenía al salir de la comisaría de Les Corts, en Barcelona, no era suficiente, una nueva prueba ha sido presentada en el juicio: la grabación mediante cámara oculta de la paliza que recibió la joven rusa de 23 años.

Según cuenta Pere Ríos en El País, un vídeo grabado con cámara oculta en la comisaría de Les Corts confirma la denuncia de la agredida, que ha llevado el caso ante los tribunales; por el momento, una de las agentes que aparece en el vídeo ha sido suspendida de empleo y sueldo.

La cinta no tiene sonido. La joven entra maniatada a un cuarto, se le reduce en el suelo; cuando se levanta e intenta defenderse, recibe una bofetada, es zarandeada y tirada al suelo de nuevo; la chica también es despojada de parte de su ropa, entre otros, el sujetador.

Reacciones a lo sucedido

Los sindicatos de los Mossos lo ven "injustificable" pero piden que "las cosas no se saquen de quicio"; CiU ya ha pedido la dimisión del conseller de Interior, Joan Saura, que ayer garantizó que será inflexible con las agresiones:"Mucho, mucho, mucho".

Por otro lado, la Policía Nacional se desmarcó de la manifestación de los Mossos del 6 de junio: "Acatamos las críticas", argumentaron; desde Interior se anunció ayer que sacará a las calles a 300 mossos que hasta ahora realizaban tareas administrativas.

38 hematomas en su cuerpo Los hechos se produjeron el pasado 4 de abril, cuando Elena P. llamó a varios timbres de vecinos para intentar entrar en casa; los Mossos la detuvieron, le llevaron a la comisaría, le desnudaron y le agredieron, según su denuncia, ahora confirmada por el vídeo.

Al llegar a casa, su novio grabó las imágenes de su cuerpo, con 38 hematomas debidos a los golpes que había recibido.

No es el primer caso de denuncia por maltratos de los Mossos; en los últimos meses han aparecido varios casos, desde inmigrantes que denunciaron malos tratos en marzo hasta otra grabación con cámara oculta en que cinco agentes golpeaban a dos detenidos en abril.

También en abril un detenido acusó a cuatro Mossos de agredirle en comisaría, mientras que otro joven falleció recientemente, supuestamente al caer desde el vehículo policial que le trasladaba mientras intentaba huir; varios expertos han asegurado que es imposible que una persona esposada pudiera romper las lunas blindadas del coche para lanzarse a la carretera.