Cita una película de Disney para fijar la indemnización por la muerte de un perro

  • Tendrá que pagar 2.000 euros.
  • El cachorro murió por las mordeduras del pastor alemán.

Un juez de Barcelona ha condenado a una mujer a indemnizar con 2.000 euros a los propietarios de un cachorro de Yorkshire que murió después de que le mordiera el perro de la demandada, un pastor alemán, en una sentencia en la que cita la película de Walt Disney 'La dama y el vagabundo' para argumentar que el daño que sufren las personas que pierden a un ser querido "no tiene precio".

Mordido en el cuello

El juez de Primera Instancia número 32 de Barcelona estima así la demanda que presentó la familia propietaria de un pequeño Yorkshire de ocho meses que murió el 27 de febrero de 2006, después de que un pastor alemán que iba suelto le mordiera en el cuello hasta dejarle sin vida y "desgarrado" mientras paseaba por la playa Nova Icària de la capital catalana, según avanzó 'El Punt'.

La dueña del cachorro reclamó a la propietaria del pastor alemán una indemnización de 1.000 euros, la cantidad que pagaron por su cachorro Maxi, y 4.000 euros más por los daños morales derivados de la pérdida del perro, que murió en presencia de la demandante y de sus dos hijos, de ocho y diez años.

La propietaria del pastor alemán estaba dispuesta a pagar los 1.000 euros, pero consideraba que no debía abonar cantidad alguna en concepto de daño moral.

La sentencia

Sin embargo, el juez le recuerda en su sentencia que "es evidente que el daño que sufren las personas que pierden a un ser querido va mucho más allá de la pérdida patrimonial que pueda representar para ellos". "En realidad, no tiene precio", añade.

Si hay una cosa que nadie ha podido comprar por dinero, ésa es el movimiento de la cola de un perro

"Ya decía Walt Disney --explica el juez--, al principio de 'La dama y el vagabundo', que, si hay una cosa que nadie ha podido comprar por dinero, ésa es el movimiento de la cola de un perro".

Según la sentencia, por tanto, "no hay dinero" para compensar a la demandante y a su familia, pero eso "no ha de servir como pretexto" para dejar de reconocer que hay una persona que debe responder de los daños morales causados, "aunque sea de modo simbólico".

En este sentido, matiza el juez que, "por más simbólica que sea la indemnización, hemos de evitar caer en el ridículo", por lo que finalmente ha decidido condenar a la propietaria del pastor alemán a indemnizar con 2.000 euros a la familia de Maxi.

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