Richard Estes, el artista que ha pintado Nueva York con más realismo que cualquier fotógrafo

  • 'Pintando Nueva York' es la primera retrospectiva que analiza la depurada técnica del fundador del fotorrealismo para mostrar la ciudad.
  • Estes inició en 1968 una escuela basada en la emulación de la realidad, pero alterando profundidad, perspectivas y tonos para ir más allá del realismo.
  • Sus cuadros, de una ensoñadora carga emotiva, están basados en fotos que él mismo hace y que luego recompone y adapta al pintar en el lienzo.
El ferry de Staten Island se aproxima a Manhattan en este cuadro pintado por Richard Estes
El ferry de Staten Island se aproxima a Manhattan en este cuadro pintado por Richard Estes
Courtesy of a private collection © Richard Estes, courtesy Marlborough Gallery, New York
El ferry de Staten Island se aproxima a Manhattan en este cuadro pintado por Richard Estes

Uno de los cronistas gráficos más depurados y realistas de la atractiva y poderosa imagen de Nueva York es Richard Estes. El término realista podría ser puesto en duda dadas las herramientas que emplea, pinceles y óleos, bastante menos fáciles de usar como elementos de captura del mundo que, digamos, una cámara fotográfica, pero en el caso de Estes la duda ofende: sus cuadros van un paso más allá de la materialidad para reforzarla.

La exposición Richard Estes: Painting New York City (Richard Estes: pintando Nueva York) comprime en una retrospectiva los casi sesenta años que este artista, fundador y maestro de la escuela del fotorrealismo, ha dedicado a mostrar la ciudad con una meticulosidad en el detalle y el trazo que ninguna fotografía puede conseguir. La muestra, en cartel hasta el 20 de septiembre en el Museo de Artes y Diseño de la ciudad (MAD en sus siglas en inglés), es la primera que analiza la depurada técnica de Estes.

La calidad de la luz, el balance cromático...

Quizá sólo haga falta contemplar Sunday Afternoon in the Park (Tarde de domingo en el parque, 1989) para entrar en los aspectos de Nueva York que interesan al pintor: los ambientes, la calidad de la luz, el juego de las sombras, el balance cromático y las texturas de los objetos. El cuadro de un grupo de personas, aisladas unas de otras e incomunicativas, dejando pasar con lentitud el tiempo en una tarde luminosa y soleada en la orilla de uno de los estanques de Central Park, es un homenaje a Un dimanche après-midi à l'Ile de la Grande Jatte (Tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte), pintado a partir de 1884 por el neoimpresinista Georges Seurat, que tardó dos años en acabar la obra.

Como Seurat, Estes está interesado en la teoría del color y su influencia en los estados de ánimo y, al igual que el francés, desea jugar con las reglas clásicas de la composición para pervertirlas solamente en grado mínimo pero con una tenacidad que desprecia las prisas y apuesta por el detenimiento. Las 40 obras que se reúnen en la exposición de Nueva York y el material añadido —sobre todo los álbumes donde el artista pega las fotos que toma como primer boceto, recomponiéndolas en panorámicas y montándolas una sobre otra en collages— revelan la seriedad con que afronta el trabajo previo antes de abordar cada óleo.

'Exigentes traducciones'

Desde mediados de la década de los años sesenta como aficionado y desde 1968 como pintor a tiempo completo, Estes se ha dedicado a reproducir la realidad con una meticulosidad de artesano. Sus "exigentes traducciones" de las fotografías que toma previamente, dicen desde el museo, son "arte representacional" pero nunca simples repeticiones de una imagen, porque el pintor "elimina objetos, cambia los colores, altera la profundidad, las perspectivas y los puntos de fuga" sin olvidar que el cuadro ha de ser aparentemente real, condición que consigue con una exactitud sorprendente.

Evitanto el pintoresquismo, lo histórico y lo anecdótico, los cuadros de Estes muestran la estructura formal y la realidad cotidiana de Nueva York. Estes ha afirmado en repetidas ocasiones que en su arte importante tanto lo que pinta, el tema, como la forma en que lo pinta. Para el comisario de la muestra, Patterson Sims, las fachadas, los paisajes urbanos y las panorámicas del artista son "vibrantes celebraciones de una ciudad emocionante y en constante evolución".

Cromados y reflejos

Entre las novedades de la retrospectiva figuran una serie de cuadros nocturnos dominados por las superficies reflectantes que siempre han interesado al artista —famoso por sus representaciones de cromados, chapas de vehículos, reflejos en cristaleras...—. Junto a ellas hay piezas conocidas, como imágenes de Wall Street, los puentes de Brooklyn y Williamsburg, el ferry de Staten Island...

El fotorrealismo, también llamado superralismo, nació como una respuesta a los al gusto por lo banal y la serialización del arte pop y el lenguaje en ocasiones difícil de descifrar del expresionismo abstracto. La escuela prendió sobre todo en los EE UU, con figuras como Estes y Chuck Close.

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