La carta de Reyes de CINEMANÍA

***AVISO IMPORTANTE: Este documento de autor desconocido ha sido hallado en los archivos de nuestra web, escrito probablemente por un redactor de salud mental cuestionable. Advertimos de que no sólo no representa el criterio de la redacción, sino que además está lleno de SPOILERS y de chistes malos. Avisados estáis.

Queridos Reyes Magos:

Como cada año, os escribo desde la redacción de CINEMANÍA para pediros mi lista de regalos cinéfilos. Os garantizo que este año hemos sido todos muy buenos, y que hemos sobrevivido a los cierres de número (incluso al del Especial 15 aniversario) sin dejar por ello de realizar visitas de rodaje, entrevistas en el filo de la navaja y, para colmo, una página en internet que no está nada mal. Así las cosas, creo que aquí todos nos merecemos, no uno, sino todos los juguetes de cine que pido a continuación. Y no os excuséis con que Hollywood es territorio de Papá Noel, que no cuela…

- El maletín de Origen

De entre todos los gadgets con los que el cine nos ha tentado este año, la máquina de sueños del blockbuster de Christopher Nolan es probablemente el más tentador: uno le echa un sedante a su jefe en el café, le enchufa un cable en la cabeza y ¡tachán! Un aumento de sueldo o seis meses de vacaciones pagadas por el morro. “El virus más persistente y peligroso es una idea”, que diría DiCaprio.

- La tienda de campaña de Eclipse

Como ya indicamos en nuestra video-crítica, la expresión “tener una tienda de campaña” ha quedado redefinida por la tercera aventura en cines de Edward, Bella y Jacob. Los excursionistas cinéfilos deberían apuntar en sus cartas esta estructura, en cuyo interior se desarrolla un menage á trois de lo más sugerente… Y casto. Será por no perder la costumbre.

- La moto de luz de Tron Legacy

Vale que nuestra crítica del filme no ha sido precisamente positiva, y que nuestros denuestos contra la superproducción Disney han llegado hasta Twitter, pero es ver a Garrett Hedlund montado en esta reliquia de imaginería ochentera y entrarnos unas ansias de velocidad que no se las salta ni Jeff Bridges. Atención: baterías (virtuales) no incluidas.

- El uniforme de Kick-Ass

Entre tanta pieza de alta (y cara) tecnología, los Reyes suspirarán de alivio con este regalo tan sencillito: sólo hace falta un mono de neopreno con pasamontañas a juego, unos guantes de goma, de los de fregar, y unas botas de agua. El kit incluye también vendajes y mercromina para las heridas resultantes de su uso.

- El móvil de Buried

Puede que el futuro de su guión en los Oscar esté en entredicho, pero el filme de Rodrigo Cortés sigue siendo un peliculón. Por eso, y aunque el destino del pobre Ryan Reynolds no nos dé ninguna envidia, incluimos en nuestra lista de regalos este práctico teléfono celular, ideal como herramienta multiusos (linterna, reloj, walkie talkie…) en situaciones extremas.

- La armadura de Iron Man 2

¿Privatizar la paz mundial? ¡Cuenta con nosotros, Tony Stark! Siempre hemos querido tener la chulería cosmopolita de un millonario superhéroe, y llevando encima este traje metálico es difícil no adquirirla. Sus únicas desventajas: un mantenimiento carísimo (las pilas de material radioactivo, van aparte) y las ansias de venganza de un villano muy parecido a Mickey Rourke.

- La contraseña del Facebook de Mark Zuckerberg (La red social)

¿Héroe, o villano? Nosotros aún no nos hemos decidido, pero estamos seguros de que acceder a la página privada del creador de Facebook (ese que se parece tanto a Jesse Eisenberg) tiene que hacerte sentir como una inteligencia superior, capaz de controlar vidas y de manejar a tus secuaces como marionetas. Aunque eso te condene a un eterno actualizar el muro de ‘ya-sabes-quién’ a ver si te ha agregado como amigo.

- El talento de Gainsbourg, vida de un héroe

Un aspecto particularmente repulsivo y una voz rasposa para repeler a las chicas… Y una sensibilidad sobrehumana para atraerlas al son de tus canciones. El protagonista de la película más bandarra y musical del año atesoraba todas estas cualidades, y como aquí ya somos mayorcitos nos las pedimos sin pensarlo dos veces.

- La capa invisible de Harry Potter

Todos sabemos que, tras terminar de rodar la franquicia, Daniel Radcliffe se llevó a casa la varita de su ilustre mago con gafas. Pero de este práctico adminículo, que además es una prenda muy elegante, nadie dijo nada: suponemos que porque su ex propietario lleva casi una década sin usarla. Así pues, nosotros nos la pedimos, confiando en que nos depare infinitas tardes de cine por el morro, sorteando acomodadores y sin que Álex de la Iglesia y Ángeles González Sinde puedan objetar.

- Los juguetes de Toy Story 3

Llevamos muchos años (desde 1995, exactamente) pidiendo este paquete cada 5 de enero. Pero los Reyes de Oriente hacen siempre caso omiso, así que volvemos a insistir. Porque para amar el cine hace falta conservar a buen recaudo lo que te queda de infancia, y con el corazón de Woody, la audacia de Buzz, el atrevimiento de Jessie y el resto de virtudes que atesora la pandilla del cuarto de Andy, eso resulta mucho más fácil.