El águila perdicera, una gran rapaz ibérica, no remonta el vuelo

  • El águila perdicera es la única de las grandes rapaces ibéricas que sigue una tendencia claramente desfavorable en muchas zonas de España.
  • En Castellón el número de parejas reproductoras ha descendido en un 25% entre 2002 y 2014.
Un ejemplar de águila perdicera en Castellón
Un ejemplar de águila perdicera en Castellón
Wikimedia Commons - Paco Gómez
Un ejemplar de águila perdicera en Castellón

El águila perdicera es la única de las grandes rapaces ibéricas que sigue una tendencia claramente desfavorable en muchas zonas de España y está al borde de la desaparición en amplias áreas de Castilla y León, Navarra, País Vasco, La Rioja, Madrid y Aragón.

De muestra un botón: en Castellón el número de parejas reproductoras ha descendido en un 25% entre 2002 y 2014, explica en una entrevista con EFE el biólogo e investigador de la Universidad de Alicante Pascual López, que ha hecho un seguimiento de esta especie junto a otros biólogos y agentes medioambientales en los últimos trece años en esta provincia.

Detrás del declive de la especie, tanto en Castellón como en otros territorios, se esconde en primer lugar la electrocución -que afecta en especial a los ejemplares más jóvenes-, seguida de la persecución directa, la disminución de presas, la pérdida de hábitats y "las molestias" derivadas de un aumento de las actividades de ocio. La electrocución tiene lugar en los pequeños tendidos -de baja y media tensión-, "los grandes no representan tanto problema (para la electrocución)", agrega el biólogo.

En el caso de Castellón y en dicha horquilla temporal, el estudio de seguimiento ha constatado 326 intentos de cría en 34 territorios distintos, con un total de 332 pollos volados, pero la población ha bajado un 25%, pasando de 29 a 22 parejas, explica López.

El estado de la especie también es muy distinta en función de la región: en Andalucía, Murcia y Alicante se mantiene; Cataluña registró un periodo "fuerte de decaimiento y ahora parece que remonta", mientras que la tendencia general en las comunidades autónomas del interior es "claramente" al declive.

En las del Mediterráneo, la especie "tiene sus mejores opciones", pero en amplias zonas de Castilla y León, Navarra, País Vasco, La Rioja, Madrid y buena parte de Aragón se encuentra en una situación desfavorable. A esta rapaz de porte esbelto y la más ágil entre las grandes águilas, le cuesta colonizar nuevos territorios y prefiere instalarse en zonas ya ocupadas anteriormente por sus congéneres.

Según el investigador de la Universidad de Alicante, la rapaz recibe bastante ayuda económica para su conservación, "lo cual es positivo", fundamentalmente a través de los fondos Life de la Unión Europa, en lugares como La Rioja, Navarra y Arribes del Duero (Zamora), donde la población es "muy escasa".

Sin embargo, en los considerados "bastiones tradicionales", donde habita el grueso de la población, se le ha prestado menor atención. Este es el caso de la Comunidad Valenciana. De hecho, su Administración autonómica valenciana no tiene ningún plan de conservación aprobado y sí lo tienen otras especies, que aquí son raras, pero que en comunidades vecinas son más frecuentes".

"Son paradojas de la compartimentación autonómica en temas de conservación que muchas veces no responden a criterios técnicos", concluye.

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