Naturaleza de lujo: diez paisajes de España que debes visitar

  • España es un lujo para el viajero que desea disfrutar de la naturaleza.
  • Lagos, playas, horizontes volcánicos, desérticos, islas solitarias, parques…
  • Hay mil y un paisajes que ver: estos diez son algunos buenos ejemplos.
Vista del parque natural de Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici.
Vista del parque natural de Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici.
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Vista del parque natural de Aigüestortes y el Estany de Sant Maurici.

España es un lujo. Lo es para el viajero que busca cultura y patrimonio; para el que quiere disfrutar de la gastronomía; y también, sin duda, para el que desea disfrutar de la naturaleza. Lagos, playas, horizontes volcánicos, desérticos, islas solitarias… hay mil y un paisajes que ver. Estos diez son algunos buenos ejemplos –sí, hay muchos otros–; diez paisajes que hay que ver, al menos, una vez en la vida.

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, Huesca

Los ríos Arazas y Bellós trazan los verdes valles de donde parten los senderos que conducen a las zonas áridas más altas, pudiendo contemplar un paisaje de contrastes. Desde el hipnótico verde de los valles hasta la extrema aridez de las zonas más altas, y con un protagonista indiscutible, el Monte Perdido, un pico de 3.555 metros de altura.

Playa As Catedrais, Lugo

Cerca de Ribadeo, la bajamar nos descubre una de las playas más hermosas y solemnes de Galicia. Debe su nombre a la curiosa forma de sus acantilados, de más de 30 metros de altura, que han sido horadados por el viento y el agua dando forma a unos espectaculares arcos y bóvedas. La mejor manera de disfrutar esta playa es aprovechar la bajada de la marea para pasear con los pies descalzos bajo los arcos, dejando que la brisa del Cantábrico nos acompañe.

Parque Nacional del Teide, Tenerife

El pico más alto de España, situado en la isla de Tenerife, es uno de los monumentos geológicos más extraordinarios del mundo. Esta montaña ofrece una de las muestras de conos volcánicos y coladas de lava más espectaculares del mundo y representa el mejor ejemplo de ecosistema de alta montaña de toda Canarias. Su riqueza biológica se debe a sus especies vegetales y a su fauna invertebrada. Un teleférico nos lleva muy cerca de la cima.

Formentera

Es uno de los últimos paraísos del Mediterráneo y está en el archipiélago balear. Formentera es una isla pequeña, visitarla nos puede llevar un solo día. El clima, el bellísimo equilibrio de colores y la luz, convierten la isla en un edén donde desaparecer en cualquier época del año.

Naranjo de Bulnes, Asturias

Con 2.519 metros de altura, es la cima más desafiante y conocida de los Picos de Europa. A la cumbre sólo pueden llegar alpinistas experimentados, de hecho, es uno de los símbolos del alpinismo en España. Pero se tienen increíbles panorámicas desde la travesía que parte de Sostres y, por supuesto, en el funicular de Bulnes.

Bardenas Reales, Navarra

En el sureste de Navarra, en la depresión del Ebro, se extiende este singular paraje semidesértico, desnudo e inhóspito propio de otras latitudes. Lleno de caprichosas formas rojizas, el agua, la arcilla y la caliza han dibujado laderas cortadas, planas mesetas, profundos barrancos y solitarios cerros. Cuando el sol cae en el horizonte, la rojez de la arenisca nos ofrece un espectáculo inigualable.

Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, Lleida

Sus más de 200 lagos se rodean de montañas de abetos centenarios, bosques de pino negro, prados alpinos y peñascos, es el único Parque Nacional de Cataluña. Lo mejor es caminar sin miedo y casi sin rumbo por el Camí dels Enamorats, Sant Maurici, la Roca de la Cremada, o l’estany Llong. También tenemos la posibilidad de subir en teleférico (solo en verano) hasta el lago Gento, desde donde tenemos unas impresionantes vistas.

Las Médulas, León

Fueron las mayores explotaciones de oro a cielo abierto que los romanos poseyeron en Hispania y dieron lugar a un entorno paisajístico espectacular; hoy son Patrimonio de la Humanidad. El verde intenso de los castaños, robles y escobas contrastan con los colores rojizos y anaranjados del terreno excavado, de elevaciones montañosas, y de curiosas formaciones arenosas. Es un tapiz inigualable surgido gracias a la combinación perfecta entre la naturaleza y la mano del hombre.

Valle Baztan, Navarra

Este lugar de paso del Camino de Santiago es, tras la impresionante Selva de Irati, la mayor y mejor conservada mancha forestal de Navarra e incluso de la península entera. Pasear por esta tierra es perderse en una amalgama de hayedos, barrancos, crestas escarpadas y riachuelos que salen a nuestro encuentro con cada paso.

Valle del Jerte, Cáceres

Este jardín de cerezos se convierte en paraíso con la llegada de la primavera. El manto blanco de los cerezos en flor da una apariencia de bosque nevado. Resulta aún más llamativo cuando maduran los frutos y el blanco cambia a un intenso rojo. El paisaje se configura con aguas cristalinas, extensos bosques de roble y castaños completando sus rincones con muestras de arquitectura tradicional.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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