Al cuñado de Jordi Pujol no le consta que su "fortuna" proceda de una herencia

  • El cofundador de Banca Catalana, Francesc Cabana, ha comparecido en la comisión sobre fraude, evasión y corrupción del Parlament.
  • Asegura que el testamento de su suegro no hablaba de cuentas en el extranjero.
  • Un exjefe de prensa de Pujol asegura que miembros del Govern alertaron al expresidente del comportamiento de sus hijos.
  • El periodista Ernesto Ekaizer denuncia el "capitalismo de los amiguetes" que ha sobrevivido a Pujo y se da en otras partes de España.
  • Acusa al Estado de filtrar informes falsos para desactivar el proceso catalán.
El abogado, historiador y cofundador de Banca Catalana, Francesc Cabana, antes de iniciar su intervención en la comisión del 'caso Pujol' en el Parlament.
El abogado, historiador y cofundador de Banca Catalana, Francesc Cabana, antes de iniciar su intervención en la comisión del 'caso Pujol' en el Parlament.
ACN
El abogado, historiador y cofundador de Banca Catalana, Francesc Cabana, antes de iniciar su intervención en la comisión del 'caso Pujol' en el Parlament.

El abogado, cofundador de Banca Catalana y cuñado del expresidente de la Generalitat Jordi Pujol, Francesc Cabana, ha asegurado este lunes en el Parlament que no les consta ni a él ni a su esposa que "la fortuna" que la familia del expresidente catalán tenia en el extranjero provenga de una herencia o legado de su suegro, Florenci Pujol.

En su intervención en el Parlament ante la comisión de investigación del fraude, la evasión fiscal y la corrupción, ha subrayado que no sabe "de dónde sale" ese dinero, y ha explicado que el testamento que dejó su suegro no hablaba de cuentas corrientes en el extranjero.

"No nos consta claramente que venga de una herencia ni de un legado. Y lo digo en plural", ha reiterado, aunque antes ha defendido que en Banca Catalana no hubo nunca ninguna operación corrupta ni nadie que se sirviese de la entidad para su provecho personal.

Malestar en Presidencia

Por su parte, el jefe de prensa de la Presidencia de la Generalitat entre 1988 y 1998, Ramon Pedrós, ha asegurado que miembros de los gobiernos de Jordi Pujol alertaron al presidente catalán sobre la conducta de sus hijos y la posibilidad de que hubiera irregularidades. Lo hicieron por lo menos los secretarios generales de la Presidencia de Pujol Joaquim Triadú y Joaquim Pujol. Pese a que no le consta, también está "convencido" de que el actual alcalde de Barcelona, Xavier Trias, mantuvo alguna conversación con el presidente de la Generalitat sobre este asunto cuando desempeñó ese cargo.

Pedrós ha revelado que existía cierto "malestar" en el departamento de Presidencia de la Generalitat con el hecho de que la mujer de Pujol, Marta Ferrusola, hiciera demandas a la Generalitat en favor de sus hijos, pero no ha concretado de qué tipo de peticiones se trataba. A él, una vez ella le llamó directamente para pedirle un comunicado desmintiendo una información publicada sobre los negocios de los hijos de Pujol, y que al pedirle un encuentro para tener datos que sustentasen el desmentido ella decidió acudir directamente a su superior, entonces Joaquim Pujol.

Ha explicado que Pujol tenía cierto "complejo de mal padre" porque no había podido pasar mucho tiempo con sus hijos, y ha interpretado que para compensar más tarde les dejaba hacer sin entrometerse mucho en sus actuaciones. Pedrós ha definido al expresidente como una persona a la que no le interesaba el dinero y que nunca lo llevaba encima, y ha puesto como ejemplo que todavía le debe mil pesetas que tuvo que poner él para comprar un libro a unas chicas que los vendían en la calle.

El "capitalismo de los amiguetes"

Durante la sesión de este lunes, también ha comparecido el periodista Ernesto Ekaizer, quien ha afirmado que la Cataluña de los gobiernos era el máximo exponente en España del "capitalismo de los amiguetes", un fenómeno que ha descrito como la simbiosis y promiscuidad entre el poder político y económico.  Este tipo de capitalismo se caracteriza por formar una telaraña de intereses entre poder político y económico que como resultado tiene una "corrupción espontánea" que se institucionaliza durante años. Un ejemplo, ha dicho, son determinados contratos que gestionaba Jordi Pujol Ferrusola para que "empresarios pudieran conseguir determinadas adjudicaciones".

Ekaizer ha señalado que el gran problema es que este capitalismo "sobrevivió a Pujol", por lo que el fenómeno persiste en Cataluña y en otros puntos de España —ha citado Andalucía y la Comunidad Valenciana—, donde han gobernado durante décadas gobiernos de un único color político con un poder casi absoluto. Ha asegurado que durante años se han pagado comisiones por parte de empresas al poder político para poder concurrir a concursos públicos, y ha explicado que un empresario —del que no ha dado el nombre— le aseguró que en Cataluña "si no pagabas estabas muerto —muerto económicamente, ha precisado—".

El periodista ha lamentado que hubo algunos intentos para romper con este capitalismo de amiguetes que no fructificaron, como cuando el presidente Pasqual Maragall denunció en el Parlament comisiones del 3% y al poco tiempo rectificó: "Maragall se lo envainó ipso facto. Si se hubiese investigado no se estaría en este punto". Además, diferentes partidos se han tapado los casos corrupción durante años utilizando su influencia.

Por otro lado, el periodista ha asegurado que en 2012 el Gobierno central llegó a la conclusión que lo mejor para desactivar el movimiento soberanista que hay en Cataluña era confiar la estrategia al "departamento de política criminal del Gobierno", el Ministerio del Interior, a su juicio. Prueba de ello es, a su juicio, que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, esté detrás de informaciones periodísticas como una presunta cuenta suiza del alcalde de Barcelona que no se sostienen, y ha dicho que esta cuenta es "una fabricación completa".

El periodista, que también ha acusado al Gobierno de "cargarse" al juez Pablo Ruz y apartarlo de la investigación del caso Bárcenas, ha considerado que se fomenta un Estado policial con un sistema de filtraciones donde se mezcla la auténtica corrupción y las acusaciones infundadas: "No acepté la guerra sucia con el Gal ni la acepto ahora". "Aparte de los delitos, que los hay, lo que hay es una instrumentalización donde lo esencial es desactivar el proceso soberanista. Lo cual es una soberana estupidez, porque ni los catalanes ni los españoles apoyan a los corruptos", ha zanjado Ekaizer.

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