Una persona murió y al menos 10 han resultado heridas cuando dos bandas rivales de narcotraficantes se enfrentaron a tiros este domingo de madrugada en pleno desfile de una comparsa de carnaval en Paraty, ciudad en el estado brasileño de Río de Janeiro, informaron fuentes oficiales.

El intercambio de disparos se ha producido cuando cientos de personas bailaban al ritmo de una comparsa en la Plaza de Matriz, en pleno centro histórico de Paraty, una ciudad de casas coloniales y calles empedradas declarada patrimonio histórico de la humanidad por la Unesco.

Entre los heridos, en su gran mayoría jóvenes de Paraty, estaban tres turistas procedentes de la ciudad de Sao Paulo.

Según el jefe de la comisaría de Paraty, Bruno Gilaberte, el tiroteo comenzó cuando dos integrantes de una banda intentaron asesinar a balazos al jefe de un grupo de narcotraficantes rival, que quedó gravemente herido y que finalmente falleció en el hospital por 11 balazos.

Sus acompañantes respondieron con balazos al ataque y provocaron una estampida en pleno desfile de carnaval de decenas de personas que intentaban alejarse del local del tiroteo.

Gilaberte afirmó que ninguno de los participantes en el tiroteo había sido arrestado hasta primera hora de este domingo, pero que los dos pistoleros que iniciaron el enfrentamiento fueron identificados y han comenzado las labores de búsqueda.

"Ambos tienen una extensa ficha criminal que incluye homicidio y tráfico de drogas", dijo.

Pese a que las autoridades de Paraty admitieron que estudiaban la posibilidad de suspender el resto de las fiestas de carnaval, el gobernador de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezao, anunció el envío de refuerzos policiales a esa ciudad para garantizar la seguridad en los desfiles que proseguirán hasta el martes.

Ello debido a que al menos 400.000 personas viajaron a Paraty esta semana para participar en las fiestas de carnaval de este año.

El evento más famoso del carnaval de Paraty es el desfile del Bloco da Lama (comparsa del barro), que el sábado atrajo a cerca de 2.000 personas, en su gran mayoría totalmente untadas con el lodo negro de los manglares de la playa de Jabaquara.