Cerco a los que viajan de gorra en el metro o en el tranvía. Esta es la política que viene aplicando Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), reforzada desde el año pasado con la presencia de agentes de la Policía Autonómica en las labores de inspección de los revisores.

Así, según han informado fuentes de FGV a 20minutos, en 2014 el personal de la entidad realizó de 281.345 comprobaciones a los viajeros. Dichas intervenciones dieron lugar a un total de 6.534 multas (18 al día) a usuarios de metro y tranvía.

Respecto a 2013, ha habido una ligera reducción, ya que ese año se realizaron 308.925 intervenciones y las multas fueron 7.051. Las sanciones por viajar sin billete ascienden a 50 euros, pero se fija una reducción del 60% (quedando en 20 euros) por pago voluntario inmediato o días posteriores. Al que no abona la multa, se le denuncia judicialmente por delito de estafa, con sanciones que llegan a los 600 euros.

De esta forma, la entidad mantiene un índice de fraude del 2,32% de los viajeros, idéntica a la obtenida el año pasado. Por líneas, el mayor porcentaje de fraude se sitúa en los itinerarios con tramos en superficie, encabezando la lista la Línea 1, que posee casi 100 kilómetros de longitud, de los cuales solo 8 kilómetros son en subterráneo. En esta línea, el 3,98% de los viajeros no llevaban billete el año pasado.

Le siguen las líneas 4 y 6 de tranvía, que también discurren en superficie, con un índice de fraude del 3,75% del pasaje y, finalmente, las líneas 3 y 5, con un índice inferior al 1%, siendo la última totalmente soterrada.

De esta forma, FGV ha reducido de manera progresiva el índice de viajeros sin billete del 7,42% de 2009 al resultado actual 2,32%. Entre las medidas que se han llevado a cabo para lograr esta reducción están el incremento de los controles, así como la presencia de la Policía Autonómica en las labores de inspección.

Recientemente, Metrovalencia ha modificado el acceso a la zona de trasbordo de la estación de Empalme con una nueva línea de 13 canceladoras que separa el paso entre el metro y el tranvía. El objetivo de esta actuación es evitar la posibilidad de fraude de viajeros sin título que trasbordan del metro al tranvía y viceversa, en una estación en la que confluyen ambos transportes.