Hay que remontarse a 1987 para explicar la evolución del voto PP en las municipales, ya que el de centro-derecha en España estaba en esa fecha bastante repartido entre dos formaciones de ámbito estatal: AP (luego PP) y el CDS.

En esos comicios, AP obtuvo 4 millones de votos (20,9% del voto) y el CDS, que ocupó la tercera posición, 1.900.000 (9,8%).

Además, había que añadir los más de 300.000 del PDP.

Aunque en segunda posición, AP se situaba a una distancia enorme del PSOE, con tres millones de votos menos que el partido ganador.

Desde entonces, el PP evolucionó al alza en las siguientes municipales de 1991 y 1995, fagocitando al PDP y al CDS.

Entre el CDS y el PDP la bolsa de votos que se ofrecía al PP era de más de dos millones.

Los populares supieron captar ese voto, de forma que en 1995, en las elecciones con más participación de nuestra historia (69,9%), absorbió buena parte del aumento de votantes y al centro-derecha del CDS y superó por primera vez al PSOE, con casi un millón de votos de diferencia.

En las locales de 1999 sufrió, al revés que el PSOE, el importante descenso de la participación (6 puntos menos que en 1995), lo que le supuso una merma de cerca de medio millón de votos.

Aún manteniéndose como el más votado, el PP prácticamente empató con un PSOE recuperado (34,4% PP- 34,3% PSOE).

En las elecciones de 2003, subió la participación y el PP, también.

Pero su progresión en votos fue menor que la del PSOE, que fue el partido más votado.

El PP mantuvo su empate técnico con el PSOE.

En síntesis, el voto PP entre las municipales de 1995 y 2003 ha oscilado moderadamente en términos absolutos, acusando las variaciones de la participación, pero en términos porcentuales se ha mantenido muy estable (35,3% en 1995, 34,4% en 1999 y 34,3% en 2003).

Aunque parece haber llegado a su techo en las municipales, es resistente al retroceso y cuenta con unos apoyos muy sólidos.

Es un partido que domina el voto en los numerosos municipios más pequeños (lo que incide en que sea el que más concejales obtiene en el cómputo nacional) y paradójicamente es también el más votado en las capitales de provincia (en 1998, el PP fue el partido más votado en 38; y en 2003, en 35).

Aúna pues el voto más rural junto al voto de los centros urbanos.