Investigan si el hundimiento de un yate en Alicante fue intencionado para estafar al seguro

El juzgado de Instrucción número 4 de Alicante mantiene abierta una investigación para esclarecer si el hundimiento de un yate, ocurrido el 18 de septiembre de 2013, fue intencionado, con la finalidad de estafar a la compañía aseguradora, según han informado a Europa Press fuentes cercanas al caso. En la causa están imputados el propietario de la embarcación y el marinero que la timoneaba.

El juzgado de Instrucción número 4 de Alicante mantiene abierta una investigación para esclarecer si el hundimiento de un yate, ocurrido el 18 de septiembre de 2013, fue intencionado, con la finalidad de estafar a la compañía aseguradora, según han informado a Europa Press fuentes cercanas al caso. En la causa están imputados el propietario de la embarcación y el marinero que la timoneaba.

Ambos fueron rescatados ilesos por una lancha de Salvamento Marítimo una hora después de que se activara la señal de radio que alertaba del naufragio. Los dos tripulantes de la embarcación, de unos 18 metros de eslora, se mantuvieron a flote durante ese tiempo gracias a un bote salvavidas.

El accidente se produjo a unas 14 millas de la costa de Alicante, en concreto frente al Cabo de las Huertas, al abrirse una vía de agua que inundó la sala de máquinas del yate, que comenzó a escorarse hasta quedarse semihundido.

Mientras los náufragos eran trasladados a tierra, donde finalmente no precisaron asistencia sanitaria, el barco fue remolcado por un buque de Salvamento Marítimo con base en Cartagena. Asimismo, en el rescate fue movilizado un helicóptero de este servicio de emergencia.

La posterior investigación sobre las causas del accidente descubrió que el agua había entrado en la sala de máquinas porque los tubos de refrigeración del motor habían sido cortados, supuestamente, de forma intencionada. Tanto agentes de la Guardia Civil como el perito de la compañía de seguros coincidieron en ese extremo. El corte que presentaban las piezas era limpio, como si se hubiera efectuado con una sierra radial o una herramienta similar, según las fuentes consultadas.

La embarcación naufragada contaba también con una especie de habitáculo con una entrada oculta realizado en sustitución de uno de los camarotes, lo que llevó a pensar a los investigadores que en alguna ocasión podía haber sido utilizado para transportar un alijo de droga.

Sin embargo, tras el accidente no se halló rastro de sustancia estupefaciente alguna. En cambio, el juzgado de Instrucción 4 de Alicante abrió unas diligencias por la supuesta comisión de un delito de estafa. Su titular sospecha que el barco pudo ser hundido adrede para cobrar los 800.000 euros a que ascendía la póliza del seguro.

A

La venta

Uno de los datos que sustentan esta hipótesis es que el propietario, un ciudadano holandés, había puesto a la venta el yate unos meses antes por la mitad de ese precio, alrededor de 400.000 euros. Este imputado aún no ha prestado declaración, ya que regresó a Holanda después de alegar en el juzgado que debía atender a un familiar enfermo.

Quien sí ha sido interrogado es el marinero que acompañaba al anterior para pilotar la nave, que tenía bandera de Gibraltar. Este hombre, un ciudadano español vecino de Santa Pola, ha asegurado que se dirigían desde esta localidad alicantina hacia la isla de Ibiza cuando decidieron detenerse para pescar frente al Cabo de las Huertas.

De acuerdo con su testimonio, al tratar de poner en marcha el yate, vio que éste no arrancaba y bajó a la sala de máquinas, donde descubrió la vía de agua. Al no poder reparar la avería, tanto él como el dueño del barco saltaron al mar con un bote salvavidas, donde fueron rescatados por Salvamento Marítimo una hora más tarde.

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