París se sumerge en la belleza del modernismo vienés, encabezado por el excepcional Gustav Klimt

  • La Pinacothèque de Paris inaugura una muestra sobre el 'Sezessionstil', la versión austriaca del modernismo, que surgió en los primeros años del siglo XX.
  • Fundado por los artistas, arquitectos y diseñadores más innovadores de Viena, el movimiento defendía las líneas claras y la sobriedad en los adornos.
  • La exposición se centra en la obra de Klimt con algunos de sus trabajos más famosos y documenta los años en que floreció la corriente artística.
Óleo de Klimt del año 1903
Óleo de Klimt del año 1903
Gustav Klimt - Private European Collection, London - © Alfred Weidinger
Óleo de Klimt del año 1903

Rechazaban el adorno recargado del siglo XIX y el arte academicista con diseños de líneas claras, geometrías, influencias de la minimalista estética japonesa... En los albores del siglo XX, los artistas gráficos, pintores, escultores y arquitectos más rompedores de Viena tenían una fijación por crear diseños que contuvieran la mayor sobriedad y sin embargo fueran tan únicos artísticamente como útiles en cuanto a su función. Querían además darle carácter al modernismo en la capital austriaca, diferenciarlo del art nouveau francés.

Au temps de Klimt. La Sécession à Vienne (En tiempos de Klimt, la Secesión Vienesa) —en la Pinacothèque de Paris a partir del 12 de febrero y hasta el 21 de junio— se sumerge en la belleza del modernismo, que en Viena recibió el nombre de Sezessionsstil (movimiento de secesión) y destaca de forma merecida el lugar que Gustav Klimt (1862-1918) ocupó en la ecuación.

Pintor de la figura femenina como poderosamente erótica, dueño de un estilo tan influido por el arte medieval como el bizantino o el japonés, Klimt combina la pintura con el pan de oro creando asombrosos ejemplos de la imaginación y la sensualidad que proponía la Secesión, una corriente definitiva para la evolución de las vanguardias.

'Ornamento y delito'

La exposición parisina embarca al espectador en el desarrollo del arte vienés de finales del siglo XIX con 180 piezas procedentes del Museo Belvedere de Viena y de colecciones privadas, comenzando con los primeros pasos del movimiento modernista austriaco y hasta los primeros años del expresionismo.

En un lugar central, el museo exhibe una selección de trabajos imprescindibles de Klimt, desde sus primeros años de estudiante hasta obras de su periodo dorado como Judith I (1901) o el monumental Friso de Beethoven (1902). Se muestran también documentos poco conocidos de la vida de Klimt y su familia, en particular de sus hermanos Ernst (pintor historicista) y Georg (artesano especializado en metal), también artistas y colaboradores frecuentes del autor.

Joyas, cerámica y muebles protagonizan la sección final, dedicada a las artes decorativas, al diseño industrial y a la arquitectura de la época con ejemplos de autores como Adolf Loos —arquitecto austriaco que en 1908 declaró en un artículo-manifiesto titulado Ornamento y delito su intención de "eliminar el adorno de los objetos útiles"— y el arquitecto y diseñador industrial Josef Hoffmann, cofundador de los Talleres de Viena.

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