El papel y la bolsa que envolvían el Códice en O Milladoiro lo "protegieron" y evitaron que se deteriorase

Varios testigos acreditan ante el tribunal que la mujer del principal acusado realizaba labores de modista

Los papeles y la bolsa en los que el Códice Calixtino estuvo envuelto en un garaje de O Milladoiro lo "protegieron de los cambios de temperatura y humedad" y evitaron que se deteriorase.

Así lo ha señalado este viernes, ante el tribunal que juzga el caso de su robo, una de las técnicas que realizó el análisis del manuscrito medieval tras su recuperación para determinar si había sufrido algún daño.

La mujer, al igual que otra técnica que también ha comparecido a petición de la defensa, se ha ratificado en su informe sobre el estado de conservación del Códice, que apuntaba a que no había sufrido daños en el año en que permaneció desaparecido.

De hecho, ha apuntado que el papel y la bolsa que envolvía el manuscrito lo "protegieron" contra los elementos que "más perjudican al pergamino", los cambios de temperatura y humedad. Eso se pone de manifiesto, ha explicado la testigo, en el hecho de que los pigmentos "estaban totalmente secos", ya que, de lo contrario, "se hubiesen reblandecido".

No obstante, la técnico ha reconocido que "no se hicieron algunas pruebas" en profundidad al libro dada la "urgencia" para emitir un dictamen y que tampoco había tenido la oportunidad de examinar el estado anterior del Códice

CLIENTAS

En la séptima sesión del juicio han comparecido también en la sala tres mujeres y un hombre que han declarado como testigos para acreditar el trabajo de la mujer de Fernández Castiñeiras como costurera.

Los cuatro han manifestado que conocían que la acusada se dedicaba a la costura y que les hizo diferentes trabajos por los que le cobraba distintas cantidades. Una de las testigos ha acreditado que la mujer de Castiñeiras ejercía esta labor desde hace "unos 40 años".

Dos de las clientas, además, afirmaron haber acudido al domicilio familiar de O Milladoiro para recoger piezas, donde la mujer las recibía en el dormitorio. Las testigos han recordado que en esta habitación, a mano derecha, había "una cortina opaca" que nunca se encontraba abierta.

Supuestamente, esta zona era la que empleaba de forma privada Fernández Castiñeiras en su domicilio, donde fueron incautadas grandes cantidades de dinero y en donde su mujer nunca entraba, según ella misma explicó en su declaración.

"La primera vez que fui pensé que era un probador, pero me dijo que era el despacho del marido", ha explicado una de las testigos para la que la mujer de Fernández Castiñeiras le "cosía todo".

Otra de las testigos ha acreditado que la acusada "cosía muchísimo" para numerosas personas de O Milladoiro, donde era conocido que era modista. "Yo misma le llevé gente", ha apuntado.

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