¿Qué música le venía a la cabeza a quien contemplaba Los Músicos (ca. 1595) de Caravaggio o El laudista (ca. 1626) de Valentin de Boulogne? El espectador de finales del siglo XVI y de las primeras décadas del XVII conocía los sonidos que salían de los instrumentos, el tipo de piezas que se ejecutaban, la actitud de los músicos al interpretarlas. El público del presente debe hacer un gran esfuerzo por intentar aproximarse a la banda sonora de los cuadros, mudos en un primer momento.

Con la reducida pero cuidada muestra Painting Music in the Age of Caravaggio (Pintando la música en la época de Caravaggio), el MET de Nueva York extrae de su colección Los Músicos,del maestro barroco, El laudista de su seguidor Valentin de Boulogne y Alegoría de la música (1649) de Laurent de La Hyre. El trío de obras se exhiben hasta el 5 de abril apoyadas por una instalación que facilita al espectador actual conocer qué musica estarían interpretando los personajes.

La selección de pinturas no es casual, se crearon en una época decisiva para la evolución de la música en Europa. El compositor y cantante italiano Jacopo Peri escribía en 1597 Dafne, considerada la primera ópera, también fue el momento en que se promovió que los solistas fueran cantantes profesionales y no aficionados. A partir de 1556 se empezó a extender el uso del violín y en el mismo siglo se inventaron nuevos instrumentos, como la tiorba, un instrumento de cuerda derivado del incombustible laúd, de mayor tamaño y con un mango más largo.

Una colección de instrumentos musicales iguales o similares a los representados respalda a las pinturas. El laúd alemán datado entre 1570 y 1610 y la corneta curva del siglo XVII podrían haber sido los mismos que Caravaggio puso en manos de los muchachos jóvenes de la escena (entre los que figura él mismo, precisamente con el instrumento de viento). El museo añade a la sala una banda sonora de grabaciones musicales, fieles recreaciones de piezas del barroco ejecutadas con los mismos instrumentos que se exhiben.