Una víctima de violencia machista: "Me pegó hasta que se hartó y acabé en la UVI"

  • La mujer ha relatado ante el juez los abusos y ataques físicos que sufrió durante años por parte de su pareja.
  • El acusado se enfrenta a una pena de 32 años de cárcel.
  • "Yo le quería. No le denunciaba porque no quería que le pasara nada", ha manifestado la víctima.
  • 016 : teléfono de ayuda contra la violencia doméstica (no deja rastro en la factura).
Imagen de un mazo judicial.
Imagen de un mazo judicial.
ARCHIVO
Imagen de un mazo judicial.

Una víctima de violencia de género ha relatado este lunes en el juicio los múltiples episodios de malos tratos que sufrió durante un año a manos presuntamente de su pareja, quien en una ocasión la pegó "hasta que se hartó" acabando en la UVI del Hospital 12 de Octubre por las graves lesiones que presentaba a consecuencia de los golpes que recibió en el rostro.

La Audiencia de Madrid ha comenzado a juzgar a Kemelyn Mercedes S.I. por tres delitos de malos tratos en el ámbito del familiar, coacciones leves, dos agresiones sexuales, un delito de violencia habitual, un delito de homicidio en grado de tentativa y un delito de quebrantamiento en medida cautelar. El procesado se enfrenta a una petición fiscal de 32 años y cinco meses de cárcel.

Separada con un biombo para evitar confrontación visual con su supuesto agresor, la mujer ha declarado acompañada por una psicóloga debido a las secuelas de pánico y angustia que sufre a raíz de los constantes malos tratos. De hecho, ha contado que desde entonces sufre ataques epilépticos y tiene que medicarse.

A trompicones por los nervios que presentaba, la mujer ha recordado con ayuda de la fiscal algunos de los episodios más violentos que sufrió a manos supuestamente de su expareja, agresiones que se iniciaban sin motivo alguno y que en su mayoría acababan con ella en el hospital.

"Si le hablaba era porque le hablaba, si le miraba, porque le miraba. Ya no sabía qué hacer", ha narrado la víctima, quien ha reconocido que solía mentir cuando acudía al hospital por "vergüenza". "Yo le quería. No le denunciaba porque no quería que le pasara nada", ha dicho.

Violaciones, patadas y puñetazos

En unas ocasiones, el hombre la arrastraba de los pelos hasta la habitación y la violaba, mientras que en otras la propinaba patadas o puñetazos en la cara. "No recuerdo todo, pero fueron muchas veces salí descalza corriendo de la casa", ha dicho.

Uno de los episodios más salvajes se produjo en septiembre de 2012, cuando el procesado acudió a la casa de su ya expareja a pesar de que contaba con una orden de alejamiento. Sin palabra alguna, la golpeó en la cara. "Me llevó al baño y me pegó hasta que se hartó. Luego acabé en la UVI del Hospital Doce de Octubre, donde estuve ingresada un mes", ha recordado.

Frente a los numerosos episodios de malos tratos relatados, el acusado ha negado que la hubiera pegado en alguna ocasión y sólo ha reconocido que quebrantó varias veces la orden de alejamiento, al igual que lo hizo respecto a otra orden que tenía hacia su propia madre.

A preguntas de la fiscal sobre por qué tuvo la mujer que acudir varias veces al hospital, se ha limitado en señalar que no sabía. "Es ella la que tiene que dar explicaciones", ha dicho. Además, ha comentado que tenía problemas mentales, preguntándole su abogada si sabía que se autolesionaba.

Según el fiscal, el acusado protagonizó un relevante número de episodios violentos contra la que fuera su pareja sentimental. Las agresiones, que se producían sin motivo, se incrementaron a finales de 2011 por lo que Begoña decidió cesar la convivencia.

El acusado no admitió que, junto con la convivencia, finalizara la relación sentimental y continuó acosando y agrediendo a la mujer en diversas circunstancias.

Brotes psicóticos

La agresiones eran de carácter físico (puñetazos, golpes en el cuerpo, empujones) y psíquico (constantes insultos, amenazas, palabras malsonantes). Además, en varios episodios, Kemelyn obligó a Begoña por la fuerza y con empleo expreso de violencia a mantener relaciones sexuales contra su voluntad.

Como consecuencia de las agresiones, presenta secuelas físicas y psíquicas de diversa consideración. Por su parte, el acusado ha sido consumidor regular de cannabis desde los 16 años, a consecuencia de cuya adicción sufrió un brote psicótico en enero de 2012, entre otros episodios de desequilibrio mental, en alguno de los cuales agredía a la mujer.

Sin embargo, Kemelyn no sitúa en el consumo de la mencionada sustancia sus alteraciones psicológicas, niega su enfermedad y ha abandonado los tratamientos farmacológicos que le han sido prescritos, buscando insistentemente explicación a las mismas en otras causas.

En concreto, mantiene una fuerte creencia en fenómenos paranormales y la telequinesia, lo que supone en él una tendencia obsesiva que requiere de una asistencia médica de carácter psiquiátrico.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento