Los túneles de Vinh Moc

  • La heroica decisión de un pueblo de Vietnam de refugiarse en un laberinto subterráneo durante la guerra contra EEUU les permitió sobrevivir.
  • Fue un trabajo épico: la excavación de unos dos kilómetros de túneles, pasadizos y habitáculos en el subsuelo de la aldea.
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Una de las entradas a los túneles que ahora son una atracción turística
Una de las entradas a los túneles que ahora son una atracción turística
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Una de las entradas a los túneles que ahora son una atracción turística

Cuando, a mediados de los años 60, los habitantes de la pequeña aldea vietnamita de Vinh Moc comenzaron a sufrir los extenuantes bombardeos del Ejército de Estados Unidos, convocaron una reunión general. La aldea estaba en la línea de bombardeo estadounidense, pues era uno de los primeros pueblos en territorio de Vietnam del Norte una vez que se traspasaba la Zona Desmilitarizada que separaba el norte del sur. Los estadounidenses lo castigaban con especial intensidad, pues creían que los habitantes de Vinh Moc suministraban alimentos y armas a la guarnición del Viet Cong que desde la isla de Con Co, a pocas millas del pueblo, dificultaba a sus bombarderos el camino libre a Hanói. A orillas del Mar de la China, Vinh Moc era antes de la guerra un lugar idílico, poblado por apenas un millar de campesinos y pescadores. Ahora se había convertido en una zona de tierra quemaday ennegrecida, constantemente atacada por las bombas estadounidenses.

En la reunión, los soldados y civiles vietnamitas de la localidad discutieron cómo detener las bajas constantes que se producían en la zona y así proteger mejor a la comunidad. Algunos propusieron abandonarla y desplazarse a otras zonas del país menos peligrosas, pero no había muchas. Otros pusieron sobre la mesa un atrevido plan que fue secundado por 60 familias, alrededor de 400 personas (hombres, mujeres y niños): enterrarse.

Comenzó entonces un trabajo épico: la excavación de unos dos kilómetros de túneles, pasadizos y habitáculos en el subsuelo de la aldea. Gracias a que el terreno era arcilloso, blando, era relativamente sencillo acceder a él. Además, al entrar en contacto con el aire, las paredes y techos de los túneles rápidamente se endurecían y no era necesario, en la mayor parte del recorrido, apuntalar las estructuras.

Todos los hombres y mujeres en edad de trabajar se pusieron a ello. Extrajeron hasta 6.000 m3 de tierra entre 1966 y principios de 1967 (13 meses en total), en exhaustivas jornadas nocturnas realizadas tras sus trabajos cotidianos en el campo o el mar. A mano, sin máquinas ni herramientas sofisticadas, solo con picos y palas.

Nacieron 17 niños en cinco años

Los túneles se realizaron a tres niveles. Inicialmente se excavaron a 10 metros bajo tierra, pues las bombas yanquis únicamente profundizaban entre 3 y 5 metros. Pero luego los estadounidenses comenzaron a lanzar bombas que llegaban a los 10 metros, y los vietnamitas tuvieron que continuar cavando dos niveles más, hasta los 15 y los 23 metros.

Poco a poco, el complejo fue creciendo. Se creó un eje interior principal de unos dos kilómetros de largo, 1,2 metros de ancho, y entre 1,5 y 4 metros de alto. A cada lado del túnel, cada tres metros, se crearon pequeñas habitaciones temporales (una para cada familia), cocinas con salidas de humo camufladas, una sala de curas (hospital), un paritorio (maternidad), un salón de actos en el que cabían hasta 150 personas sentadas y en el que se daban clases y se pasaban películas, se excavaron pozos, almacenes, servicios... Como la aldea estaba junto al mar, se hicieron siete salidas a los acantilados, únicamente accesibles por el agua, que también funcionaban como ventiladores; y se crearon otras seis salidas en tierra, camufladas entre la vegetación, los árboles y las zonas rocosas.

Nacieron 17 niños durante los casi cinco años que duró la existencia cotidiana de este pueblo bajo la tierra, que pasaron sus primeros años de vida sin conocer el aire libre. Además, se prestaron servicios de abastecimiento a los militares de la isla de Con Co y se dio refugio a los soldados de la zona que lo necesitaron. Cuando la guerra terminó, en 1972, fue el momento de hacer balance. Y los vietnamitas vieron, con orgullo, que Vinh Moc no había perdido ni uno solo de sus habitantes en esos años de combate. Absolutamente todos los miembros de las 60 familias que se ‘enterraron’ en esa gigantesca madriguera humana habían logrado sobrevivir y, además, el pueblo había crecido con 17 nuevos ciudadanos. Y eso que el Ejército de Estados Unidos había arrojado, en esa zona, más de 9.000 toneladas de bombas.

Aunque este no es el único caso de túneles en Vietnam -los de Cu Chi son probablemente más conocidos-, sí es el único en el que estas instalaciones se crearon y usaron para dar cobijo a la población civil. Y fueron un éxito.

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