Rachid Bendouda —Rachid el Gordo— era un habitual del barrio de Lavapiés (Madrid), y fue detenido a raíz del atentado del 11-M.
Por aquellos lares se juntaba con muchos de los procesados y de los suicidas de Leganés: Jamal Zougham —dueño de un locutorio en la calle Tribulete—, El Chino, Alekema Lamari, Mohamed Afallah, Rachid Aglif, Saed El Harrak e incluso el ideólogo de Al Qaeda Abu Dadah.
Con ellos se reunía en el bar Alhambra, en la peluquería Paparazi o en el río Alberche: "No había reuniones allí [...], sólo quedábamos los marroquíes para relajarnos de una dura semana de trabajo", afirma.
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