Washitapemanía: forrar una bici o personalizar una invitación con originales cintas adhesivas

  • Las cintas de pintor se convirtieron en Japón en 2006 en algo muy parecido a pequeñas obras de arte aptas decorar cualquier superficie.
  • Pronto causó furor entre los orientales forrar paredes, cuadernos o bicis con estas tiras de diferentes grosores, y años después se ha extendido por el mundo.
  • En España lleva gozando de buena fortuna tres años, que es cuando llegó este fenómeno, parte también del exitoso 'Do It Yourself'.
Diversas cintas autoadhesivas Washi Tape
Diversas cintas autoadhesivas Washi Tape
JORGE PARÍS
Diversas cintas autoadhesivas Washi Tape

"Hasta coches han forrado con Washi Tape", es decir: con cintas autoadhesivas, cuenta Rosa Ana Alvariño, pionera, junto con Ana Fernández, en introducir este hobby en nuestro país.  "Empezamos en 2012, y desde entonces hay en España muchísima gente que hace Washi Tape. Puedes cambiar el aspecto de muchas superficies con estas cintas adhesivas (tipo celo): desde un armario hasta una pared o una bici o una lavadora... Con un trozo de cartulina y un Washi ya tienes un marcapáginas. Con una botella de leche de plástico, cortada bajita, y forrada con Washi has creado un jarrón o un cubo para lápices", cuenta Rosa.

¿Y de dónde viene? "En realidad se trata de la cinta de pintor de toda la vida", explica Ana Rosa, que en Japón convirtieron en estas bonitas y variadas cintas decorativas.

"La historia del Washi Tape está ligada a la empresa japonesa Kamoi Kakoshi, fundada en 1923, y especializada en la producción de cintas de tamaño industrial", explica Chris Bravo en su libro Washi Tape Manía (Calamar Editorial).

"En 2006, tres mujeres se pusieron en contacto con la compañía con el deseo de visitar la fábrica. Como obsequio entregaron a Kamoi un álbum exquisitamente decorado utilizando algunas de sus cintas. Las mujeres aprovecharon la visita para sugerir a la empresa que fabricara rollos de más colores y de menor tamaño para uso doméstico". Así fue como en 2008 Kamoi lanzó el primer muestrario de cintas de colores con el sello MT (Masking Tape, otra manera de citar esta cinta). "El éxito fue rotundo e inmediato", afirma Bravo.

En 2008 se lanzó el primer muestrario de cintas de coloresHoy existen más de tres mil variedades de este papel: de colores vivos, con flores, mariposas, rombos, cuadros (los motivos son muchísimos), apto para paredes, suelos, ventanas. Se puede hasta cortar con las manos y quitar sin dejar rastro.

"Si es buena no deja rastro, pero cuidado, porque que si no lo es, puede llevarse parte de la superficie, y eso no debería ocurrir. Tiene que poder pegarse y despegarse de una pared y que no se desprenda nada, y luego volver a pegarse. Eso hace que sea tan sencillo su uso, si queda mal, se despega y se vuelve a pegar, no pierde el adhesivo. Yo siempre recomiendo las japonesas: son las mejores", apunta Riesco.

Los grosores también varían: desde 15 mm hasta 30 centímetros, lo que da idea de las superficies que puede llegar a cubrir. El largo puede ser de cuatro metros o como en el caso de las cintas que venden desde Whasitape.es de 10 metros.

¿Los precios? "Nosotros empezamos siendo los más baratos, y nuestra cinta más económica es de 1,54 euros", responde Rosa Alvariño, "la más cara, de 30 cm de ancho es de 38 euros, pero hay modelos de igual anchura por 9 euros". De modo que cambiar el aspecto de una pared o un armario es realmente económico.

"Comprarlo ya es realmente sencillo, hasta en las grandes superficies o bazares chinos lo encuentras", cuenta María Riesco. Alvariño lo deja claro: "Hasta en Ikea lo encuentras, y cuando llega a Ikea es que ha llegado a todo el mundo. Además los muebles blancos lacados de Ikea son perfectos para el Washi. Y por supuesto en todas las tiendas de Do It Yourself".

Maneras de empezar

"Para empezar yo recomiendo algo sencillo como un tarro de cristal o la tapadera de un bote de mermelada o una caja de zapatos", dice María Riesco, que señala además lo relajante que resulta para algunas personas:  "Hay mucha gente que viene a los talleres casi como a una terapia, a olvidarse de todo, porque al centrar la atención, al concentrarte en algo manual, logras que tu mente deje de pensar en todo lo demás".

Desde Washitape.es dan otras ideas para los inicios, aunque destacan la facilidad de la técnica lo que la ha hecho tan popular para hacer casi cualquier cosa desde el principio. Aun así ahí va el consejo: "Una buena manera de empezar es decorar unas pinzas de madera de la ropa que luego pueden servir para decorar una libreta o una bolsita. Pegas un trocito de Washi a la pinza y ya lo tienes".

Un método perfecto, el Washi, para alejar a los pequeños de pantallas y de paso interactuar un poco más con ellos: "Para niños, yo recomiendo decorar un marco, hacer postales, forrar lápices. Es lo que hacemos en los talleres", cuenta Alvariño.

"Con una botella de plástico de leche, por ejemplo, la cortas para que quede como un jarrón o un vaso para lápices y después la decora con Washi", explica Rosa Ana. "Para azulejos va muy bien, pero al limpiar hay que tener cuidado, también es ideal para cristal o espejo".

Chris Bravo, sabedora del éxito del Washi entre los apasionados de lo hecho a mano ofrece una práctica guía para quienes prefieran ir sobre seguro en su libro Washi Tape Manía (Calamar Ediciones). En la obra explica cómo llevar a cabo 25 proyectos originales, y lo hace ayudada de las fotografías de Lucía Marcano. Con varios niveles de dificultad, la autora muestra cómo felicitar con Washi, hacer cubiletes o guirnaldas, lazos o colgantes. En palabras de la autora: "El reinado del Washi Tape se prevé duradero y continuado".

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