Las aventuras del 'Cuadrado negro', un siglo de arte abstracto basado en la simpleza de la línea

  • Cien artistas del último siglo coinciden en una antología de arte abstracto que parte de la polémica obra de Malevich exhibida por primera vez en 1915.
  • El 'Cuadrado negro' fue definido entonces como 'el símbolo de una nueva religión'.
  • La Whitechapel quiere mostrar el 'potencial político' de la abstracción geométrica.
Foto abstracta de Dóra Maurer
Foto abstracta de Dóra Maurer
Collection of Zsolt Somlói and Katalin Spengler © Dóra Maurer
Foto abstracta de Dóra Maurer

El lienzo mide 79,5 centímetros en cada una de sus dimensiones. Representa un cuadrado algo menor totalmente negro sobre un lienzo previamente pintado de inmaculado blanco. El título, por tanto, es descriptivo: Cuadrado negro. Es necesario imaginar la superficie absolutamente negra y el marco blanco, porque el lienzo, que es propiedad de una galería pública moscovita, está en muy mal estado de conservación y la cuarteada pigmentación le da un aspecto de obra conceptual bastante vergonzante.

Debemos hacer un ejercicio de imaginación y pensar en los tonos originales del cuadro para entender por qué en 1915, cuando fue mostrado por vez primera, un crítico opinó: "Cuadrado Negro no sólo reta a un público que ha perdido interés por las innovaciones artísticas, sino que habla como una forma nueva de búsqueda de Dios, el símbolo de una nueva religión". Otro añadió que el pintor, el ruso Kazimir Malevich (1878-1935), "domina las condiciones de la existencia humana, de modo que puede operar con un lenguaje cósmico para afirmar el orden global y las leyes generales del universo".

Exhibido en el lugar destinado a las obras religiosas

La pieza de Malevich, uno de los cuadros más sonados de la historia universal del arte, es situada por casi todos los historiadores como la base inicial de la abstracción más pura —la "abstracción negra", la llaman algunos—: el combate entre el blanco (símbolo de la creación) del fondo con el vacío del cuadrado negro, el enfrentamiento entre opuestos reducido a una simpleza esencial tanto en forma como en fondo.

Cuando exhibieron el óleo en la muestra The Last Futurist Exhibition of Paintings: 0.10 en San Petersburgo (entonces Petrogrado), Malevich presentó 39 obras abstractas, pero ninguna tan rotunda como Cuadrado negro, que además colocaron en la esquina de honor de una de las salas, un emplazamiento tradicionalmente reservado a imágenes religiosas. Los críticos hablaron entonces de "la muerte de la pintura" y el apasionado ambiente previo a la inminente revolución bolchevique hizo lo demás: amplificar las bondades de la abstracción y renegar para siempre de la figuración.

La globalización del abstracto

Para celebrar el primer siglo del nacimiento de la abstracción más pura y la consideración de la figura geométrica, el color y la línea como únicos valores del arte, llega Adventures of the Black Square: Abstract Art and Society 1915–2015 (Las aventuras del 'Cuadrado Negro': arte abstracto y sociedad 1915-2015), una antología sobre la globalización de la abstracción —se invita a discutir la cuestión en las redes sociales mediante la etiqueta #abstracteverywhere (abstracción en todos los lugares)— y su alcance cien años después de aquel primer impacto en la muestra de Petrogrado.

La exposición, en la Whitechapel Galery de Londres hasta el 6 de abril, parte del cuadro de Malevich —que, según el pintor, conducía al mundo objetivo a un papel secundario y lo sustituía por el "sentimiento puro"— para mostrar obras de un centenar de artistas que han practicado la abstracción en la última centuria [como son demasiados para citarlos, puede consultarse la lista completa en este PDF] en todos los continentes y desde acercamientos que, aunque adaptados a la zona geográfica o las raíces culturales, mantienen el mismo ideal de 1915: la geometría como lenguaje artístico primordial.

Asia e Hispanoamérica

Además de seguir el ascenso del arte constructivista entre los artistas de vanguardia primero de Rusia y luego de toda Europa, la exposición "arroja nueva luz sobre la evolución de la abstracción geométrica" y su "potencial político" en áreas con frecuencia alejadas de los circuitos que interesan al mercado, incluyendo Asia e Hispanoamérica.

A partir de la sección Utopía, centrada en el Cuadro Negro y las ansias de "nueva sociedad ideal" de las vanguardias, la muestra, que incluye pintura, dibujo, publicaciones, fotografía, audiovisuales y arte textil, prosigue con Arquitectónicas, con las geometrías flotantes de Lyubov Popova, Piet Mondrian y Liam Gillick, y Comunicación, área dedicada a la prolífica producción gráfica de los vanguardistas franceses.

En las dos últimas secciones, Todos los días y Aventuras de la Plaza Negra pueden verse obras actuales que demuestran "cómo el arte abstracto ha viajado por todo el mundo, impregnando nuestra vida y nuestro tiempos". Hay obras textiles de Sophie Taeuber-Arp, motivos abstractos pintados en camiones peruanos de Armando Andrade Tudela, y obras de crítica social de Lewis Baltz, Peter Halley y Jenny Holzer.

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