Más de 9.000 mujeres inmigrantes se sometieron en la región a una interrupción voluntaria del embarazo en 2005.

Protagonizaron el 53,7% del total de abortos practicados en la región ese año, unos 17.000. Son los últimos datos del Instituto de Estadística de la Comunidad de Madrid, que por primera vez ha distinguido entre extranjeras y españolas en esta materia.

El resultado de ese trabajo es una conclusión dramática: las inmigrantes abortan diez veces más que las nacidas en Madrid.

La tasa de abortos en el primer grupo es de 23 casos por 1.000 mujeres al año, mientras que en el segundo es sólo de 2,9 por 1.000.

Los expertos lo achacan a causas sociológicas. Isabel Serrano, ginecóloga de la Asociación de Planificación Familiar de Madrid, explica que las latinas, el principal grupo de abortantes, tienen menos educación sexual que las españolas y han aparcado la preocupación por la salud y la planificación familiar para concentrarse en el trabajo.

Además, "proceden de entornos muy machistas; el varón es reacio a usar preservativos". Otros métodos, como los anillos o los parches, que cuesta unos 15 euros, "les resultan demasiado caros".

Las mujeres árabes y las procedentes de países del este de Europa sufren menos este problema. Las primeras, porque llegan más tarde al sexo y al embarazo y, habitualmente, dentro del matrimonio. Las segundas, porque tienen mayor educación sexual, están más liberadas y son menos sumisas a sus parejas.

Las inmigrantes de la comunidad tienen también más hijos que las españolas.

En 2005, 37 de cada 1.000 extranjeras adultas fueron madre. En ese mismo periodo de tiempo dieron a luz a un hijo 20 de cada 1.000 nativas, poco más de la mitad.

Perfil: joven y trabajadora

Los datos estadísticos ofrecen un conciso retrato robot de la mujer que tiene que acudir a la interrupción voluntaria del embarazo en Madrid.

Son chicas jóvenes, de 20 a 34 años (el 71,12% del total); sin formación universitaria (el 82,25%); trabajadoras (el 69,7%); con pareja estable (87%), y con uno o más hijos anteriores (52,4%). En una abrumadora mayoría de los casos (97,8%), las pacientes se acogen al supuesto de riesgo para la salud de la madre para poder abortar.