Los responsables sindicales mantendrán negociaciones esta semana para tratar de llegar a un acuerdo y los paros tendrán que ser ratificados el día 21 en un referéndum entre los conductores.

La convocatoria recoge que los autobuseros pararán cada día en todas las líneas urbanas entre las 5 y las 8 horas y las 20 y las 23 horas. Denuncian que prolongan la jornada más de lo estipulado, que se incumplen las pausas entre viaje y viaje y que al final las consecuencias las sufren los usuarios con esperas que se alargan durante más de 15 minutos en muchas paradas de autobús.

Durante las franjas de los paros funcionarán servicios mínimos. Los conductores estiman que un 33% sería lo aceptable. Los responsables municipales consideran que plantear una huelga en pleno proceso electoral es «inadmisible» y explican que el conflicto es una cuestión que implica a empresa y trabajadores.

Las quejas de los autobuseros

Excesos de jornada: Los conductores se quejan de que muchos días tienen que hacer más horas de las estipuladas para dar un buen servicio. Denuncian que en muchos casos no hacen los relevos ni siquiera a la hora marcada. En todo 2006 hicieron 160.000 horas extras.

Un conflicto que viene de largo: Los responsables del Comité de Empresa de Tuzsa precisan que el conflicto se remonta a 2005, cuando se desconvoncó otro paro tras el anuncio del Ayuntamiento de que realizaría un estudio para remodelar las líneas del bus (que aún no se ha presentado).

«Retoques mínimos»: Los conductores se quejan de que tras las últimas reivindicaciones sólo se han hecho «algunos retoques» para mejorar las líneas 20,24, 42 y 51, mientras que el resto de las treinta líneas siguen igual.

Frecuencias que no se cumplen: La consecuencia de la «falta de buena organización» de la empresa es, según los conductores, que se incumplen las frecuencias de paso.