El Ayuntamiento de Betanzos (A Coruña) ordena el cierre del local en cuyo edificio se produjo un derrumbe

El Ayuntamiento de A Coruña ha ordenado la clausura y cierre del local de hostelería situado en la Avenida de Castilla número 103, "dada la urgencia y peligrosidad en la que se encuentra el inmueble después de que la pasada noche se derrumbase parte de la estructura interior del edificio y cayesen cascotes a la vía pública", según ha informado.

El Ayuntamiento de A Coruña ha ordenado la clausura y cierre del local de hostelería situado en la Avenida de Castilla número 103, "dada la urgencia y peligrosidad en la que se encuentra el inmueble después de que la pasada noche se derrumbase parte de la estructura interior del edificio y cayesen cascotes a la vía pública", según ha informado.

Este hecho provocó que el Ayuntamiento acordonase el inmueble y restringiese el tráfico en la Avenida de Castilla, cortando uno de los carriles en dirección al casco urbano.

En el transcurso de la mañana de este lunes, la arquitecta municipal, junto a bomberos del parque comarcal, comprobaron también el estado del inmueble "para elaborar los correspondientes informes técnicos y determinar las actuaciones que son necesarias abordar", añade.

A mayores, el Ayuntamiento ordenaba la clausura y cierre del local, en base a los informes de la Policía Local después de que este domingo, pasadas las 22,00 horas, se derrumbase parte de la estructura interior del edificio sobre el techo del local de hostelería, sin que se produjeran daños personales.

Declaración de "ruina"

El edificio, antiguo secadero del lúpulo, es un local industrial de varias plantas, en estado de abandono que alberga en su bajo el establecimiento hostelero. En febrero de 2013 la Junta local de Gobierno, en base a los informes emitidos por los técnicos municipales de Urbanismo, declaraba "la ruina económica y urbanística del inmueble y la total demolición".

Tras esta medida, explica el gobierno local, los propietarios debían presentar el correspondiente proyecto completo. El plazo para la demolición se fijaba en seis meses. En caso de incumplimiento de esta orden se ejecutaría por vía subsidiaria a costa de los propietarios.

En ese momento, uno de los propietarios -responsable del establecimiento de hostelería- interpuso un contencioso-administrativo a la declaración de ruina que en la actualidad se encuentra pendiente de resolución.

Por otra parte, el Ayuntamiento puso en conocimiento de Carreteras del Estado la situación "para que por parte del Ministerio de Fomento, responsable de la vía (antigua N-VI), se tomasen también las medidas que consideren oportunas en cuanto a señalización del tramo", apostilla en un comunicado.

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