El Banco de España alerta contra un aumento general de salarios: "Interrumpiría la recuperación"

El Banco de España cree que la contención de los salarios debe seguir apoyando la recuperación, por lo que "la vuelta a incrementos salariales generalizados" supondría un paso atrás que podría interrumpir la recuperación de competitividad de la economía española. El objetivo de esta contención sería el de "favorecer la absorción rápida del elevado número de desempleados", según explica la institución gobernada por Luis María Linde en su último boletín económico del Banco de España.

"La vuelta a procedimientos que impliquen incrementos salariales generalizados que se extiendan de manera uniforme a todos los sectores y empresas, supondría un paso atrás que podría interrumpir el proceso de recuperación de la competitividad de la economía española y dañar una de las bases fundamentales de su recuperación", matiza el Banco de España. "A la vez, debe asegurar la vinculación de los costes laborales con la situación específica de las empresas", añaden.

Las caídas en los salarios acumuladas durante estos años han permitido recuperar parte de la competitividad respecto al exterior perdida durante los años de la burbuja económica. Según la OCDE, al comienzo de la crisis los salarios en España continuaron creciendo (un 4,81% entre 2007 y 2009), si bien desde entonces y hasta 2013 acumularon una caída del -1,79%. Y a lo largo de 2013 se contabilizó el mayor descenso de salarios de toda la serie histórica del INE. Estadísticas que, además, solo reflejarían la mitad de la caída real, según señaló el propio Banco de España en un reciente informe.

Aunque esta fórmula podría haber tocado suelo, si atendemos al último informe al respecto publicado por la OCDE, que señala que la contención salarial en España solo agrava el riesgo de pobreza, toda vez que las empresas no aprovechan estas ganancias de productividad para reducir costes, sino para incrementar márgenes. Pese a la recomendación de este organismo internacional y de otros como la Comisión Europea que ponen el acento más en los costes laborales y no en los salarios, el propio director general del servicio de estudios del Banco de España, José Luis Malo de Molina, aboga por subidas de sueldos solo en los sectores y empresas más competitivos.

Contener salarios para aumentar el empleo

Pese a que los datos agregados muestran caídas generalizadas de los salarios, la incidencia de la misma dista de ser equitativa, en opinión de José Ignacio Pérez Infante, miembro del colectivo Economistas Frente a la Crisis: "Afecta más a los salarios más bajos frente a los altos", apunta. Los últimos datos al respecto confirman esta aseveración: Los sueldos más bajos cayeron un 6% en 2012, mientras que el conjunto lo hizo un 1,7%.

Un agravamiento de la crisis. En opinión de Pérez Infante este proceso de devaluación no solo supone una limitación de la demanda interna, sino que ha sido "el motivo principal junto con la austeridad que explican el agravamiento de la crisis económica en España". Sostiene que están en el error aquellos que analizan los salarios "solo como un coste empresarial", ya que también es un ingreso "para los trabajadores y un generador de demanda" por lo que una subida de los mismos ha de servir de palanca para la recuperación, explica.

Por su parte, el profesor de Economía de la Universidad Rey Juan Carlos, Miguel Ángel García Díaz, sostiene que "no podemos crecer solo con políticas de demanda [subiendo salarios], sino que también hay que atender a las políticas de oferta que nos hagan más competitivos". Es decir, que a su juicio es imprescindible encontrar un equilibrio entre el impulso a la demanda y el control de los costes laborales por medio de la negociación colectiva (entre patronal y sindicatos).

Más participación de los salarios en el PIB. Su esquema pasa por incrementar la participación de los salarios en el conjunto de la renta nacional aumentando la cantidad total de asalariados, aunque "garantizando que la oferta productiva no pierda potencia" con subidas salariales. Se trataría, por tanto, de cambiar aumento del empleo por incrementos salariales, lo que no implica necesariamente renunciar a subidas de sueldo: "Se podrían establecer remuneraciones variables, por ejemplo, que se pagaran cuando la compañía tuviera buenos resultados y que fueran absorbibles en caso de malos resultados, con el compromiso de proteger el empleo", concluye.

También otorga un papel clave a la negociación colectiva Ángel Laborda —director de Coyuntura de la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas)— quien sin embargo apuesta porque esta sea más "descentralizada, con un sindicalismo más de base y menos de cúpula", de forma que las decisiones se tomen a nivel de empresa. "Siempre estamos hablando de globalización y a la vez del café para todos, pero no es lógico. Cada empresa se mueve en sectores y entornos distintos, y por lo tanto unas podrán subir salarios y otras no", explica.

Ganancia de poder adquisitivo por el IPC negativo. En cuanto a la moderación salarial, Laborda apuesta porque mientras haya estos altos niveles de desempleo, "cuanta más mejor". Según señala, la contención de los salarios contribuye a la creación de empleo, lo que incrementa la parte proporcional de los sueldos en el PIB. Además, tal como añade, este 2014 y 2015 "tendremos suerte porque debido a que la inflación está en tasas negativas [-0,4% anual, según el INE] los salarios ganarán poder adquisitivo pese a estar congelados. Se mantienen nominalmente, pero los trabajadores ganaremos poder de compra en general", anticipa.

Una evolución desigual de los sueldos

Los salarios en España han evolucionado de una forma desigual durante la crisis. Las propias estadísticas del INE muestran cifras divergentes y en ocasiones contradictorias entre sí. Así, por ejemplo, el coste salarial total se encareció en casi 100 euros mensuales (de los 1.800 euros mensuales en 14 pagas hasta los 1.894,9 euros) de media por trabajador entre 2008 y 2011, para luego reducirse durante dos años consecutivos hasta los 1.883,7 euros de finales de 2013 (último dato disponible). Unos valores distintos muestra, sin embargo, la estadística de salarios mensuales que también publica el INE. Sus cálculos no constatan ninguna caída del sueldo medio. Bien al contrario, entre 2006 y 2013 los salarios no habrían dejado de crecer desde los 1.572 euros de media hasta los 1.869 euros actuales.

La evolución del Salario Mínimo Interprofesional, por su parte, no ha registrado caída alguna en la últimada década. Sí una congelación en 2011 y 2012. Actualmente el SMI está fijado en 645,3 euros mensuales en 14 pagas, si bien el Gobierno prevé incrementarlo un 0,5% (tres euros al mes) para el año que viene. La propuesta de los sindicatos era mucho más alta: 12,5%.

Mención aparte merecen las remuneraciones percibidas por los más altos directivos de las principales empresas del país. Tal como indica el último informe anual de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), los salarios totales de los consejeros ejecutivos del Ibex acumulan tres años consecutivos de caídas (desde los 173.071 euros mensuales de media hasta los 154.000 a inicios de 2013).

Más perspectiva de crecimiento

El Banco de España también anticipa un incremento de la ocupación en el último trimestre del año en torno al 0,5%, al tiempo que augura que la tasa interanual repuntaría hasta el 1,9%. Además, subraya que el paro registrado intensificó levemente su caída en octubre y noviembre, aunque sin alcanzar los ritmos de contracción que se alcanzaron en la primera mitad de 2014.

Además reconoce que los avances de la negociación colectiva han sido, como en el tercer trimestre, escasos y la cifra de trabajadores afectados por convenios colectivos alcanza los 4,4 millones en noviembre, por debajo de la observada en el mismo mes del año anterior.

El Banco de España calcula a su vez que el PIB está creciendo un 0,6% en el último trimestre del año, apoyado en la fortaleza de la demanda interna privada, con lo que la economía habría aumentado un 1,4% en el conjunto de 2014 (una décima más que en las últimas previsiones y en la estimación del Gobierno).

Según la entidad supervisora, a lo largo de 2014 la economía española ha ido afianzando la trayectoria de recuperación que inició en la segunda mitad del año pasado, en un entorno de mejora continuada de las condiciones financieras, aumento de la confianza y evolución favorable del mercado laboral.

Como en trimestres anteriores, el avance entre octubre y diciembre -que supondría un 1,9% interanual- se basaría en la fortaleza de la demanda interna privada, mientras que la demanda exterior neta mantendría una contribución al producto ligeramente negativa.

Este lunes el ministro de Economía, Luis de Guindos, señaló que la economía española crecería en el cuarto trimestre "al menos" lo mismo que en el tercero, cuando el PIB subió el 0,5%. Para 2015, el Banco de España espera que continúe la recuperación, con un crecimiento del 2%, en línea con lo que contempla el Ejecutivo.

Según la entidad que dirige Luis María Linde, a pesar del empeoramiento de los países del entorno, sobre todo los de la zona del euro, el debilitamiento de los mercados de exportación se compensará por la mejoría de las condiciones de financiación, la depreciación del cambio del euro y el nivel más reducido de los precios del petróleo.

Precisamente la trayectoria futura del precio del crudo, tras su desplome en las últimas semanas, hace que el escenario de crecimiento para 2015 esté rodeado de "un elevado grado de incertidumbre", y sometido a "riesgos de desviación" tanto al alza como a la baja. Entre los posibles escenarios negativos destaca una eventual evolución menos favorable de los mercados exteriores.

En sentido opuesto, un dinamismo más elevado del PIB supondría una mayor moderación de los precios del petróleo, una depreciación más acusada del tipo de cambio del euro y una mejora adicional de las condiciones financieras, como consecuencia de las últimas actuaciones de política monetaria y de los efectos de la publicación de los resultados del ejercicio de evaluación del sector bancario.

La bajada del precio del petróleo y su impacto sobre los precios de los productos energéticos también ha incidido en un descenso de la tasa de inflación, más intensa en el cuarto trimestre de lo que se esperaba. En este contexto, creen que si se mantiene la fuerte moderación del coste del crudo, el IPC continuará en terreno negativo durante la parte inicial de 2015.

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