El consumo de cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita en personas de 19 a 49 años

El consumo de cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita en personas de 19 a 49 años, según una investigación conjunta de la UPV/EHU, el Instituto Vasco de Medicina Legal y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), del Instituto de Salud Carlos III, que relaciona por primera vez el aumento del riesgo de muerte súbita cardiovascular con el consumo reciente de cocaína.

El consumo de cocaína cuadruplica el riesgo de muerte súbita en personas de 19 a 49 años, según una investigación conjunta de la UPV/EHU, el Instituto Vasco de Medicina Legal y el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM), del Instituto de Salud Carlos III, que relaciona por primera vez el aumento del riesgo de muerte súbita cardiovascular con el consumo reciente de cocaína.

Según ha informado la UPV/EHU, este estudio es el primero realizado con muestras forenses de personas fallecidas. Así, se examinaron todas las muertes súbitas que fueron objeto de análisis forense sucedidas en Bizkaia durante siete años, entre enero de 2003 y diciembre de 2009. Las autopsias fueron realizadas por el único servicio existente en el territorio, el Servicio de Patología Forense de Bizkaia del Instituto Vasco de Medicina Legal.

La investigación ha sido publicada por la revista especializada Addiction, la segunda publicación internacional en importancia en el campo de las adicciones donde están registradas un total de 20 revistas.

Los doctores Benito Morentin, Javier Ballesteros, Luis F. Callado y J. Javier Meana han analizado los casos de 437 personas fallecidas por muerte cardiovascular súbita y cuya defunción no se debió a la enfermedad ni a intoxicación aguda. Para efectuar la investigación también estudiaron los casos de otras 126 personas que murieron por causas diferentes.

Por primera vez, los investigadores han incluido una población (pacientes de muerte súbita) que había sido excluida en otros estudios clínicos. Todas las personas sufrieron una muerte súbita de carácter no violento con fallecimiento instantáneo o en las seis horas siguientes a la aparición de los síntomas.

Se eligió una población relativamente joven (entre 19 y 49 años de edad) para evitar la influencia de los problemas cardiovasculares más frecuentes en personas mayores. Además, se tuvo en cuenta que el consumo de cocaína fuera de esos límites de edad es muy bajo, aunque la cocaína es la sustancia ilícita psicoactiva que, después del cannabis, más se consume. En el País Vasco el consumo de esta droga está por encima de la media de España, de Italia y del Reino Unido, según ha explicado la UPV/EHU.

Datos de la investigación

En todos los casos se llevó a cabo una autopsia completa, estudios toxicológicos e histopatológicos, se revisaron los datos clínicos y las circunstancias de las muertes. Con el objetivo de detectar drogas terapéuticas, de abuso y etanol, realizaron una cromatografía de gases y una espectrometría líquida.

Además, se estableció el vínculo temporal entre el consumo de cocaína reciente y el deceso, y tuvieron en cuenta la obesidad, la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo en relación con otros valores de riesgo para sufrir un infarto.

El análisis de los datos muestra que el consumo de cocaína multiplica por cuatro el riesgo de morir en relación al no consumo. En concreto, el porcentaje de casos entre los fallecidos por muerte súbita dónde se detectó el consumo de la droga fue de casi un 10%, mientras que entre las personas fallecidas por otras causas fue de un 2%.

En comparación con los datos estimados en la población en general, la proporción de personas que utilizó cocaína de manera reciente fue entre 13 y 58 veces mayor en los casos de muerte súbita que en la población en general. Otro factor de riesgo detectado fue el sexo, de forma que los varones presentan un riesgo de 1,6 mayor que las mujeres.

El grupo de investigación considera, por tanto, que los efectos de la cocaína en el sistema cardiovascular podrían explicar el aumento del riesgo de muerte súbita en los usuarios de esta droga. La cocaína aumenta la frecuencia cardiaca, la presión arterial, la contractilidad del ventrículo izquierdo del corazón, y la demanda miocárdica de oxígeno.

Además, disminuye el flujo sanguíneo coronario, se relaciona con la formación de trombos y las arritmias cardiacas, puede aumentar la irritabilidad ventricular y bajar el umbral de fibrilación, entre otros efectos.

En consecuencia, la muerte súbita podría considerarse como la primera manifestación de una enfermedad cardiovascular silenciosa que no ha sido diagnosticada previamente.

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