Basura frente al bar, desperdicios a la entrada de la guardería y restos en la puerta de casa. Los vecinos de Parla caminan desde hace cinco días entre los montones de basura que invaden las aceras del municipio debido a la protesta iniciada por los trabajadores del servicio, a quienes las empresas adjudicatarias del servicio adeudan el salario de noviembre.

"No es una huelga. No la hemos convocado como tal, pero no hemos cobrado el último sueldo, así que hemos levantado el pie. Si lo que quieren es que trabajemos a destajo, no lo vamos a hacer", confesaba a 20minutos este miércoles el conductor de uno de los camiones de recogida. "Yo no falto nunca al trabajo, mientras que tanto las empresas anteriores como estas nos dejaban a deber liquidaciones, vacaciones... Ya está bien", contesta un compañero.

Garbialdi y Sadifer gestionan el servicio de basuras desde diciembre del año pasado. La Junta de Gobierno le adjudicó el servicio de limpieza viaria, recogida y mantenimiento de contenedores y la gestión de los puntos limpios el 28 de noviembre de 2013 por un importe anual de 7,2 millones de euros más IVA, según consta en el resumen del acta de la sesión de la Junta de Gobierno.

En esa misma sesión se acordó aprobar la propuesta del entonces alcalde, José María Fraile, de adaptar la oferta económica para otro contrato de Cofely, la empresa que se encuentra en el centro de la operación anticorrupción bautizada como 'Púnica'. Las adjudicaciones a esta entidad han provocado que un juez de Madrid haya impuesto a Fraile una fianza de 60.000 euros para evitar la prisión preventiva. Tras su renuncia, la concejal Beatriz Arceredillo fue aupada como su sustituta.

Fuentes socialistas aseguran que la huelga de basuras solo pretende boicotear a la nueva alcaldesa, enfrentada con Fraile y con Tomás Gómez, antecesor de este y hoy secretario general del PSOE de Madrid, pero los trabajadores lo niegan. "Lo que queremos es cobrar", aseguran. José Quintana, portavoz adjunto del grupo socialista en el parlamento autonómico, insistió este miércoles en que la dirección del PSOE no tiene "nada que ver" en este problema.

El conflicto se inició el día 5 de diciembre. La unión temporal de empresas (UTE) formada por Garbialdi y Sadifer tenía hasta ese día para hacer efectiva la nómina de sus 195 empleados. El dinero no llegó, por lo que parte de la plantilla decidió tomarse la revancha aplicando una huelga de celo, es decir, cumpliendo a rajatabla la normativa. Ni prisas ni excesos. Si no se llegaba, la basura se quedaba en la calle.

Esta actitud, calificada de "ilegal" por el comité de empresa, ha provocado que las deficiencias en la prestación del servicio se acentúen, convirtiendo algunas calles en estercoleros a pequeña escala. La zona de Parla Este, admiten trabajadores y vecinos, está entre las más afectadas, aunque las bolsas han tomado las aceras de todos los barrios.

Los padres de los alumnos de la escuela infantil El Patito Rilo, en la calle de Las Dehesillas (zona oeste del municipio), llevan días teniendo que sortear mondas, plásticos y trozos de comida para poder dejar a sus hijos en el centro. "Ya nos había pasado, pero esto es demasiado. Hoy han limpiado y el chico que lo ha hecho ha tardado dos horas y media en despejar la acera", asegura la directora de la guardería.

"Tengo la basura acumulada debajo de casa de forma continua. No es de hoy. Siempre han tardado mucho en recogerla, pero esta vez es demasiado. Menos mal que no estamos en verano. No culpo a los trabajadores, porque la gente también es muy incívica, pero el Ayuntamiento debería hacer algo", denuncia Lorena, vecina de la calle de Fuentearenosa.

El Consistorio asegura ser consciente del "malestar" que sufren los parleños y culpa de ello a la "dejación en las funciones de una parte de trabajadores y trabajadoras de la plantilla". Por ello, ha tomado dos decisiones: exigir a las prestadoras que cumplan con el contrato en vigor y solicitar a la Comunidad de Madrid un informe de Salud Pública que le permita contratar a otra empresa para que recoja los contenedores.