Irán aceptó el martes un compromiso para poner fin a sus objeciones a la agenda de una reunión global sobre cómo apoyar el Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, por sus siglas en inglés), previniendo un colapso de la sesión tras días de estancamiento.
Teherán había bloqueado el consenso sobre la agenda por un pasaje "que reafirma la necesidad de un total cumplimiento" del NPT, argumentando que éste es un cheque en blanco para apuntar contra la actividad nuclear iraní para la exclusión de otras cuestiones del tratado que requieren debate.
Irán, que niega las acusaciones de las potencias occidentales sobre incumplimiento de las garantías del NPT pero que se vio afectada por sanciones de la ONU, aceptó una nota a pie de página que dice que el "cumplimiento" es "con todas las provisiones" del tratado.Los
El adjunto, presentado por Sudáfrica, estaba diseñado para asegurarle a Irán que el debate también presionará a estados que tienen bombas atómicas a hacer más para cumplir los compromisos del NPT a fin de deshacerse de ellas, y no sólo a Teherán por su programa de combustible nuclear
Irán lo niega todo
La república islámica rechaza las sospechas occidentales de que intenta construir bombas atómicas de manera encubierta tras la fachada de un programa civil de enriquecimiento de uranio dentro de los términos del NPT.
Teherán dice que esas sospechas son infundadas.
Pero Irán no coopera de forma total con las investigaciones de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés).
Estas comenzaron después que en el 2002 exiliados iraníes dieron a conocer la investigación delicada sobre combustible nuclear realizada por la república islámica.
Lo que vendrá
La aceptación iraní significa que la reunión de dos semanas, que se extendería hasta el viernes, podría generar el inicio de un debate para establecer prioridades para encuentros de seguimiento que conduzcan a la próxima Conferencia de Revisión del NPT, de toma de decisiones, en el 2010.
La disputa por la agenda, que paralizó la reunión casi desde su inicio el 30 de abril, fue reflejo del altercado entre las potencias occidentales e Irán por su negativa a detener el enriquecimiento de uranio.
El NPT obliga a miembros que no poseen bombas nucleares a desistir de adquirirlas, garantiza el derecho de todos sus miembros a tener energía nuclear con fines pacíficos y exige a las cinco potencias nucleares originales post Segunda Guerra Mundial a desmantelar sus arsenales en etapas.
Irán culpó a Estados Unidos por la disputa, acusándolo de autorizar un texto de la agenda diseñado para señalar a Teherán como el principal violador del NPT y acallar las críticas a las grandes potencias por su lentitud para retirar sus arsenales nucleares.
Incluso con la aceptación de Irán al compromiso sudafricano, los diplomáticos prevén que Teherán intentará impedir el debate sobre una propuesta liderada por Estados Unidos de castigos para los estados que se retiren del NPT.
Algunos iraníes de línea dura han dicho que Teherán podría abandonar el NPT si se intensifican las sanciones, al decir que no tiene sentido integrar el grupo si el país es castigado por algo que el tratado permite.
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