Los Ángeles. Premios del Sindicato de Actores de la Pantalla 2014. Sofía Vergara arquea la columna lumbar, un desplazamiento sinusoidal que empina sus glúteos hasta convertirlos en una hipérbola sobre la que se acurrucan los flashes. En la misma alfombra, unos metros más allá, varias actrices ensayan el mismo arqueamiento, siempre de espaldas a los fotógrafos, a quienes miran de soslayo mientras sus vestidos abrazan cinturas estrechas y terraplenes adiposos.

Es el reinado de las posaderas, nalgas generosas —cuanto más, mejor— que, de un tiempo a esta parte, invaden revistas, programas televisivos, vocabulario (los selfies han dado paso a los belfies) y redes sociales, donde las divas compiten, con tanga o sin él, por el tamaño de sus curvaturas.

El altar de traseros se prolonga hasta YouTube, que sucumbe ante el nuevo video de Beyoncé, 7/11 (más de 96 millones de visitas en menos de un mes y medio). Allí, la esposa de Jay-Z es capaz, aún apoyada en una silla, de abombar sus asentaderas con espasmos gimnásticos (y de despertar las dudas sobre si ese volumen campaniforme es completamente natural).

Casi los mismos visionados (en torno a los 95,8 millones) son los que registra el clip que Jennifer Lopez comparte con Iggy Azalea, las propietarias de dos culos ganadores, rotundos, que emprenden un twerking poseso cuando suenan los primeros compases del tema Booty (Culito, en español): "Gran, gran trasero, lo que tienes es un trasero grande", arranca la estrofa, que continúa con un seductor "quieres conocerla, quieres tocarla".

Sin embargo, es otra mujer la que ostenta el trono de esta corriente reciente y anatómica a la que incluso se han sumado el cantante Robbie Williams (su desnudo protagoniza la portada de su último álbum, en la imagen de la izquierda) o la intérprete Nicki Minaj, que también exhibe redondeces geométricas y desmesuradas, divididas por una línea de tanga, en la carátula de su nuevo ábum, Anaconda.

Arriba, en lo más alto, Kim Kardashian, cuyo desnudo oleaginoso en el número de noviembre de la revista Paper mostró estructuras firmes y estentóreas, casi sobrehumanas.

El impacto de esa imagen ha sido tal que hasta el Museo Metropolitano de Nueva York (MET) la aprovechó para promocionar una de sus piezas, una escultura femenina de final del Neolítico (en la foto de la derecha) que, curiosamente, guarda ciertas similitudes con la parte posterior de la socialité.

También la periodista Ellen Degeneres decidió utilizar la fotografía para ilustrar sus felicitaciones de Navidad e Internet ha homenajeado a la modelo con un sinfín de memes pese a que ahora parece prestar más atención a la anatomía trasera de su hermana menor, Khloe Kardashian, tal vez más voluminosa que la de de Kim y, de un tiempo a esta parte, muy bien trabajada en el gimnasio.

El reciente fervor por los culos no ha pasado inadvertido a la serie paródica South Park, que en uno de sus episodios hace competir los meneos de las cantantes Miley Cyrus (una gran abanderada del twerking), Iggy Azalea y Nicky Minaj sobre un escenario.

El hecho de que los glúteos hayan casi reemplazado a rostros y escotes en los patrones estéticos más sensuales ya se ha dejado notar en las clínicas estéticas del otro lado del charco. Así, en países como Argentina, se estima que en los últimos cinco años las peticiones de tratamientos y cirugías de mejora y aumento de glúteos (con hilos de oro o prótesis) han aumentado un 100%.

Sin embargo, esta corriente no parece reflejarse en Europa, y en España, con la misma intensidad. "Entre las pacientes, los tratamientos faciales siguen siendo los más solicitados", indica el doctor Jesús Sierra, responsable de la clínica DEAM, quien sin embargo sí admite que los patrones estéticos han ido cambiado significativamente en los últimos años: "Las mujeres palillo es cosa del pasado. Ahora, se llevan las mujeres hermosas con, al menos, una talla 38".  Otra diferencia con América: "Allí la medicina estética es muy drástica, con cambios excesivos; aquí somos más conservadores y dulces".

Para tener un culo perfecto, el experto propone tratamientos como los hilos de oro, pero también, y sobre todo, "gimnasia para fortalecerlo".

Aparte de los quirófanos, la nueva corriente ha revolucionado redes sociales y el vocabulario, donde las celebrities cuelgan sus 'belfies' (autofotos o selfies de su trasero). A lo largo de este año, Rihanna, Beyoncé, Kim Kardashian, Blac Chyna, Miley Cyrus, Heidi Klum, Lady Gaga, Kelly Brook o la española Cristina Pedroche han caída tentadas por esta moda.