Cómo limpiar la piel, auténtica y de imitación

A la piel auténtica hay que quitarle el polvo con regularidad. Elimine la suciedad con un paño húmedo empapado en agua templada y muy bien escurrido, en el que habrá restregado previamente una pastilla de jabón de glicerina.
No aclare, pues dejar un poco de jabón en la piel ayudará a mantenerla suave y flexible. Aplique un poco de grasa de caballo de vez en cuando para evitar que se cuartee y se manche. Frote bien para que la grasa penetre y para que no se manchen las prendas de vestir con el roce.
 
A la piel de imitación pásele una esponja con una disolución de jabón en escamas en agua tibia (nunca detergente). A continuación aclare con agua limpia y seque con un paño. Saque brillo con un trapo del polvo suave.
 
Texto e ilustración extraídos del libro Manual de limpieza, editado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Tel.: 902 888 922. Página web: www.ocu.org 
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