Vani y Veena son dos hermanas siamesas nacidas hace cuatro años en el sur de la India; sus padres buscan, desde entonces, a un médico capaz de llevar a cabo una operación de separación tras la que pudieran llevar una vida normal.
La complejidad de la operación es enorme, ya que las hermanas están unidas por el cráneo, con el consecuente riesgo de daño cerebral para alguna de ambas.
Preocupantes precedentes Hay precedentes trágicos hace apenas unos meses escasos: Mariana y Sofía Rodríguez, dos hermanas colombianas que también nacieron unidas por el cráneo y que
Dos siamesas rumanas, también unidas por el cráneo, serán sometidas en Cleveland a una operación de separación este verano tras varios aplazamientos.
Hu Jingxuan no pudo resistir la separación de su hermana Hu Jingi, con la que compartía el hígado, el páncreas y el aparato digestivo; tampoco pudo sobrevivir el bebé guatemalteco Ángela Corina a la separación de su hermana, Ángela Leticia, con la que compartía el corazón.
Separaciones menos complejas
Cuando la unión de los gemelos se produce en partes menos sensibles, los resultados son más positivos: como el ejemplo de Kendra y Maliyah Herrin, dos siamesas estadounidenses que compartían un riñón, el hígado, la pelvis, las piernas y parte del intestino grueso.
Otras niñas de condición similar (compartían el hueso pélvico, el hígado, intestinos, los genitales y la vejiga), de apenas diez meses de edad, Regina y Renata Salinas, fueron también separas con éxito en Los Ángeles a mediados del pasado año.
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