Tres pueblos medievales de Castilla que tienes que ver

  • Calatañazor, calles empedradas, casas de piedra, adobe y madera.
  • Sepúlveda, ciudad fortificada, conocida como la villa de las Siete Puertas, conserva importantes restos de su pasado medieval.
  • En Peñafiel, la plaza del Coso, y omnipresente su impresionante castillo.
Una imagen de Sepúlveda, con la iglesia de San Bartolomé.
Una imagen de Sepúlveda, con la iglesia de San Bartolomé.
KAMARERO
Una imagen de Sepúlveda, con la iglesia de San Bartolomé.

Pasear por ellos es como sumergirse en un cuento de hadas. Sus callejuelas estrechas, sus murallas y castillos, nos transportan a la Edad Media, a la Castilla de los castillos en un abrir y cerrar de ojos. Calatañazor, Sepúlveda y Peñafiel, tres pueblos medievales de Castilla que hay que ver.

Calatañazor (Soria)

Este pueblo soriano se ubica en la cima de una roca que domina la vega del río Abión, totalmente rodeado por unas murallas conservadas casi intactas. En su interior, calles empedradas, casas de piedra, adobe y madera, las del escaso centenar de habitantes que allí viven. El castillo únicamente conserva en buen estado la torre del homenaje. En Calatañazor el tiempo parece haberse detenido.

Sepúlveda (Segovia)

Para empezar, el entorno natural que rodea a Sepúlveda es uno de los grandes atractivos para visitar esta villa medieval. Esta ciudad fortificada, conocida como la villa de las Siete Puertas, conserva importantes restos de su pasado medieval. En ella podemos ver todavía trozos de su muralla del siglo X, además de puetas como la del Rocío -la principal- o la del Ecce Homo. La iglesia de El Salvador es la primera construida en Segovia de estilo románico y el santuario de Santa María de la Peña, del mismo estilo, es uno de los lugares con más encanto del municipio, en uno de los extremos del municipio y frente a las espectaculares hoces del río Duratón.

Peñafiel (Valladolid)

Pueblo de vino y lechazo al horno de leña, al recorrer las calles de su casco histórico es casi imposible perder de vista su impresionante castillo. Desde lo alto de un cerro, esta fortaleza –hoy Museo Provincial del Vino– vigila los tesoros de esta villa medieval enclavada en plena Ribera del Duero. Del propio casco del pueblo destaca la plaza del Coso, donde todavía hoy en día siguen celebrándose festejos taurinos.

Fuente: Guía Repsol. Rutas, mapas, restaurantes … ¡Planifica con nosotros tu viaje!

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