La Cámara acepta la propuesta del PSdeG y trabajará en una ley de derechos y garantías de los enfermos terminales

Todos los grupos creen que los últimos momentos no deben depender de la voluntad de los médicos y el PP fija el límite en la eutanasia

Todos los grupos con representación en la Cámara gallega se han mostrado favorables este martes a la propuesta del PSdeG de trabajar en una ley de derechos y garantías de los enfermos terminales enfocada al "derecho a una muerte digna".

Ante el pleno del Parlamento autonómico, la socialista Carmen Acuña ha defendido que los últimos momentos de las personas no deben quedar "en manos de la sensibilidad", o falta de ella, de los profesionales de turno.

Es por esto que ha presentado una proposición de ley en la que plantea que el paciente deba ser informado de su situación para "poder decidir", pero también que exista "el derecho a no querer saber" si ésa es su voluntad. Asimismo, ha de contar con la opción de "rechazar una operación" que no suponga la curación de su dolencia y recibir cuidados paliativos a cambio.

Se trata, según sus propias palabras, de limitar el esfuerzo terapéutico, para lo cual también debe existir un registro de médicos objetores de conciencia. Junto con ello, los socialistas proponen que los enfermos puedan recibir en sus últimos momentos "auxilio espiritual o de otro tipo" sí así lo requieren y que tanto ellos como sus acompañantes estén "arropados" y reciban "un trato digno".

"un derecho"

Desde AGE, Eva Solla ha subrayado que es éste un asunto de "especial importancia", crítica con que actualmente "se muere bien o mal según la voluntad de quien atiende", que puede optar por "un buen tánatos o un encarnizamiento terapéutico".

"La muerte digna debería ser un derecho, pero se convierte en una suerte o una desgracia en función de quién toma las decisiones en torno a esa vida que termina", ha incidido, desde la óptica de que "es terrible que haya mala muerte en pleno siglo XIX".

Es por ello que ha apoyado la iniciativa legislativa del PSdeG, similar a textos aprobados en Andalucía, Aragón y Navarra, pero ha criticado que "los dos principales partidos" hayan votado en contra en el Congreso, la última vez en 2012, de la despenalización de la eutanasia. "Vivir es un derecho, no una obligación", ha argumentado.

Por su parte, Montse Prado (BNG) ha coincidido en que los pacientes deben tener "derecho" sobre el final de su vida y en que los profesionales deben "respetar sus decisiones" sin tratar de "imponer" su criterio médico.

Además, ha abundado en que es "adecuado" que se fijen en una ley los "derechos para el momento de la muerte", algo compartido también por las dos diputadas del grupo mixto, Carmen Iglesias y Consuelo Martínez. "Queremos una muerte digna", ha señalado esta última.

No a la eutanasia

Finalmente, por parte del PPdeG ha intervenido en el debate Miguel Santalices, quien ha señalado que existe "una percepción, errónea" desde su punto de vista, de que siempre se debe tratar de "posponer la muerte".

Precisamente desde este principio, ha proseguido, se presta "poca atención a las necesidades de las personas sin posibilidad de curación", al alivio del dolor, y se centran los esfuerzos en los diagnósticos y los tratamientos curativos.

Dicho esto, se ha mostrado partidario de "hablar" de todo ello sin traspasar "la línea roja" de la eutanasia o el suicidio asistido. "Para nosotros, no tiene cabida", ha anticipado, y ha circunscrito el debate a la necesidad de "evitar el sufrimiento y humanizar el proceso de morir" y no "a buscar deliberadamente la muerte".

Así, el parlamentario popular se ha referido al "buen uso" de la sedación "para aliviar el sufrimiento", a la importancia de que el paciente pueda tomar decisiones sobre su enfermedad dentro de "una gestión autónoma del final de la vida" y al rechazo del tratamiento, así como a la búsqueda de alivio también "psíquico".

"dignificar la salida de la vida"

En su último turno de palabra, Carmen Acuña ha agradecido el apoyo de todos los grupos para que esta norma, que busca "dignificar la salida de la vida", inicie el trámite parlamentario.

"Seguro que nos resultará fácil ponernos de acuerdo para evitar el sufrimiento de los pacientes", ha añadido, antes de pedir a todos los diputados que "dejen de lado los intereses políticos" para "poder trabajar juntos serenamente".

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