La fachada del Teatro Español, en la madrileña plaza de Santa Ana, se ha iluminado este sábado en la jornada mundial "Ciudades por la vida" y contra la pena de muerte, promovida por Amnistía Internacional y la Comunidad de Sant'Egidio.

El acto, que ha empezado a las 18:30 horas, ha contado con la participación de la actriz Asunción Balaguer, encargada de leer el manifiesto, y de Bill Babbitt, activista contra la pena de muerte y hermano de Manny Babbitt, ejecutado en Estados Unidos en 1999.

En la fachada principal del Teatro Español se ha proyectado un vídeo, de 30 minutos de duración, con los datos sobre la pena de muerte en el mundo del último año y una petición a todos los países a sumarse a la tendencia abolicionista.

Un total de 1.800 ciudades en todo el mundo participarán este año en la décimo novena edición de la jornada mundial "Ciudades por la vida", con actividades culturales, espectáculos, proyecciones y acciones de sensibilización.

En la actualidad 95 países han abolido la pena de muerte para todos los delitos y 137 de los 193 países miembros de Naciones Unidas la han abolido en la ley o en la práctica.

Un total de 114 Estados miembros de Naciones Unidas votaron el pasado 21 de noviembre a favor de una resolución de la Asamblea General de la ONU para establecer una moratoria de las ejecuciones, tres más que la última vez que se votó una iniciativa similar en 2012.

En 2013, al menos 778 personas fueron ejecutadas en 22 países y al menos 23.392 personas fueron condenadas a muerte en todo el mundo.

Los promotores de la iniciativa han lamentado el elevado número de ejecuciones en países como Irak, Irán, Egipto o Estados Unidos.

Pablo Ibar es el único español condenado a muerte en el mundo en el año 2000 en Estados Unidos y, desde entonces, está en el corredor de la muerte de la penitenciaría de Starke, en el Estado de Florida.

El pasado mes de abril, la defensa de Pablo Ibar solicitó formalmente la repetición del juicio ante el Tribunal Supremo de Florida, aunque la decisión podría tardar un año. Mientras tanto, él sigue defendiendo su inocencia.

Amnistía Internacional y la Comunidad de Sant'Egidio se oponen a la pena de muerte en todos los casos, sin excepción y con independencia de la naturaleza y de las circunstancias del delito.

Ambas organizaciones consideran que, para reducir los índices de delincuencia, hay que abordar los problemas del sistema de justicia penal, favorecer una actuación policial efectiva y la celebración de juicios justos, además de introducir mejoras en la educación y promover el respeto de los derechos humanos.