Sin agua para regar

«Lo primero que hizo la UCAM fue cortarme el agua para regar. Yo tenía una finca que producía 25.000 kg de limones al año. Se secó». Ignacio lo denunció a la Junta de Hacendados. «Se celebró un juicio y gané, pero aún no  han restablecido el agua».

Del caso se acuerda bien Alfonso Gálvez, presidente de la Junta en aquella época. «Vino hasta el abogado de la UCAM para convencerme, pero Dólera tenía razón». El conflicto siguió en los tribunales, ya que la Universidad recurrió la sentencia.

«Después del agua, me cortó la luz. Ha actuado con mala fe», explica con los ojos vidriosos refiriéndose al presidente de la UCAM, José Luis Mendoza. «Mi madre tiene 91 años y fue a pedirle que, por favor, le pusiera luz. No la dio y se ha tenido que ir de casa, donde ha vivido desde los 16, porque no soporta la presión».

Dólera asegura haber denunciado a la Católica por amenazas y explica que ésta también le ha demandado. «Una vez porque metieron desagües a mi finca y los rompí, ¡mandaban a los obreros por la noche! Y otra, injustamente, porque dicen que rompí una cámara de fotos».

Dólera tiene miedo. «He sufrido amenazas. Además, ya no puedo vender a terceros. Pongo un cartel y a la media hora lo quitan».

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La UCAM: «Es todo mentira»

El presidente de la UCAM, José Luis Mendoza, niega todas las acusaciones de Igancio Dólera: «Ese hombre no respeta nada. Inscribió su casa sin contar con sus hermanos ni con su madre. Estaba dispuesto a pagarle por los terrenos, pero no quiso repartir el dinero con su familia. Tiene muy poca dignidad. Ha perdido todos los juicios que le hemos interpuesto y además, si ahí no hay regadíos, ¿cómo le voy a cortar el agua?. Encima quería que le pusiéramos la luz de la Universidad y eso es ilegal, ¿cómo va a cometer la UCAM una ilegalidad?».